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Blogs Vendiendo Motos por Tomás González-Martín

Márquez se topó con su horma, Valentino

Tomás González-Martín el

Valentino Rossi es el único rival que puede plantarle cara al campeón. Porque Márquez se fijó en él desde que era un niño para ser como él.  Porque Marc vio cómo Valentino chocaba con el hombro de Sete Gibernau en el Gran Premio de España de hace una década para ganarle la primera carrera del año por fuerza, en un choque de trenes del que el italino siempre salía vencedor. Solo una vez en su vida perdió Rossi ese topetazo, cuando era un imberbe, muy joven. Y se dijo: nunca más. Y nunca más lo perdió.

Recuerden cuando Valentino se peleó con Lorenzo hace unos años en Asia y le ganó una pelea de guadaña porque Jorge, que iba a ser campeón del mundo, desistió. No entró más al trapo. Y el mallorquín se proclamó campeón mundial. Ahora, en Argentina, ha sido Márquez quien intentó quitar el primer puesto a Valentino metiéndole el hombro por el interior en una curva. Y el italiano, que se conoce las artes del español, aguantó el envite, no perdió el control y mantuvo la primera posición. Luego, giró con su rueda trasera hacia la derecha para realizar a la máxima velocidad la siguiente curva de izquierdas. Sabía que pegaría con su neumático trasero a Márquez, que seguía pegado. Estaba en su derecho de mover la moto así. El rival le debe dejar espacio o se llevará un golpe. El ilerdense pagó su error. Se cayó.

Dirección de Carrera dijo que no tenía nada que juzgar. Era un movimiento reglamentario. Rossi mantenía la primera posición. Era el segundo clasificado en el gran premio quien debía dejarle espacio de acción. No lo hizo. Y rodó por los suelos en el espacio. Y ya no hubo más acción para el número 93. 

El vigente campeón del mundo ha aprendido la lección de su maestro, otrora  idolatrado con posters en su habitación de casa. Otro piloto habría cedido ante el acoso del chaval de Cervera. Valentino nunca cede. Y le devolvió el golpe con su derecho a colocar la rueda trasera en posición de girar a la máxima velocidad. Para Marc ha sido la peor carrera de su vida. Sabe que lo hizo mal y perdió al menos 20 puntos.  

Ahora, el Mundial es una lucha entre Valentino, que busca su décima corona, la octava en MotoGP,  y su sucesor, Márquez, que persigue su quinto campeonato, el tercero en la categoría absoluta. Jerez vivirá el siguiente capítulo de un combate entre los dos mejores pilotos de las tres últimas décadas. Valentino comenzó a triunfar en 1997. Lleva veinte años al máximo nivel. Márquez empezó su reinado en 2010. Rossi es la horma ancestral del motociclismo, el campeón al que todos quieren imitar y casi nadie lo consigue. Marc es la bota moderna del mejor piloto del orbe, el único que tiene clase para igualar esa maestría. Los dos se conocen bien porque conocen todas las técnicas para vencer. Y tienen calidad para aplicarlas. El Gran Premio de España disfrutará de los dos números uno, el 46 y el 93. Vívanlo. Es un sueño real ver competir a los dos mejores del mundo. Uno tiene 36 años. El otro, 22. Los dos son un compendio de talento. Su don de moto, su chispa genial, solo lo tuvieron Agostini, Haylwood, Nieto y Doohan.

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