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Márquez habla menos y gana más; Rossi solo le calienta los ambientes

Márquez habla menos y gana más; Rossi solo le calienta los ambientes
EPA9211. DOHA (CATAR), 15/03/2018.- El piloto de MotoGP, el italiano Valentino Rossi del equipo Movistar Yamaha, asiste a una rueda de prensa, en el Circuito Internacional de Losail, en Doha (Catar) hoy, 15 de marzo de 2018. EFE/ Noushad Thekkail
Tomás González-Martín el

Marc Márquez ha tomado una postura inteligente: hablar menos y dedicarse a lo que sabe hacer mejor, correr y ganar en una moto. Lo ha dicho y lo ha hecho. Se paseó por Austin. Obtuvo su sexta victoria en la pista norteamericana. No tiene que entrar en las guerras dialécticas de Valentino, que solo le interesa amilanar a los rivales fuera de la pista porque dentro no puede. No pudo con Stoner en 2011. No pudo con Lorenzo en 2010, 2012 y 2015. Y no puede con Márquez en 2018, en 2017, en 2016, en 2014 y en 2013. Esa es la única realidad de esta batalla. Rossi no puede con los campeones españoles y quiere introducirles en una encerrona con declaraciones victimistas y acusaciones pendencieras.

El italiano, impotente en el asfalto, interesa a este negocio porque calienta las carreras fuera de la pista. Valentino, que ha sido el mayor pendenciero en el asfalto contra Sete, contra Biaggi, contra Stoner, contra Lorenzo y contra el propio Márquez, juega ahora  ser víctima para justificar que no vence.

Valentino, que pegó un codazo inmundo a Lorenzo en Asia en 2015, llora ahora y dice que tiene miedo de Marc. Lo que hay que escuchar. La presión del bambino viejo de Urbino ha supuesto que Dirección de Carrera mire todo con lupa y Márquez fuera castigado en los entrenamientos de parrilla de Austin con la pérdida del primer puesto por molestar a Viñales. Perfecto. Pero no tiene que ser Rossi y su queja universal, con el apoyo mediático que le sigue, quien consiga esto. Porque cuando Valentino le dio un codazo a Lorenzo en 2015 no hubo sanción ejemplar. Que se aplique siempre.

Mientras, Márquez gana. Y Valentino, a lo suyo, a calentar carreras y llenar circuitos con sus ataque verbales hasta lograr que todo el público silbe al piloto español, con ese ambiente falso que ha creado el italiano para que él parezca un santo y los españoles unos agresores, se llamen Lorenzo o Marc. Es inadmisible y no lo admitiremos nunca, porque el mayor pendenciero en la pista ha sido Valentino durante veinte años. Ahora ha quedado para esto, para caldear el negocio con declaraciones y posturitas de no hablarse con el joven Márquez.

Él, Rossi, que se acerca a los cuarenta años, asegura que tiene miedo y que no se habla con un chico de 25. No pega. Suena a falso. Lo es. Hay que ser más deportivo y reconocer que Marc es mejor y no justificarse en un choque en una pista mojada. No puede argumentar que no es el mejor porque un rival, su enemigo mayor, es peligroso. Pericoloso. No es cierto. No puede echar al público contra un adversario. Ya lo hizo también con Lorenzo. Está muy visto, Valentino.

Estás muy visto, Valentino. Se te ve tanto el plumero que ya tienes a mucha prensa, la española en general, en contra. Esa prensa hispana te amaba hasta que vimos cómo le hacías la vida imposible a Lorenzo, porque el mallorquín era mejor que él. Ahora le pasa lo mismo con Marc. Y qué casualidad. Todos los pilotos malos, peligrosos, son los que le ganan a él, a Valentino. Si no le ganan, son buenos, deportivos. Estás muy visto, Valentino. Te tenemos calado.

Ya no engañas a nadie, Rossi. Y menos a los italianos. Pero la prensa ítala lo espeta con descaro: te apoya porque les has dado de comer bien desde 1996. Si no fuera por ti, no tendrían trabajo con el Mundial de motos y estarían en casita, sin viajar por todo el mundo. Hay que defenderle por que les interesa. Está dicho todo. Ciao, Valentino.

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