Lorenzo, Márquez y Maverick, semilla de cantera

Comienza el Mundial de Motociclismo y los españoles conquistan el desierto qatarí. El éxito de nuestros pilotos no es cuestión de cantidad sino de calidad. Todo el mundo admira la política de cantera que se ha realizado en España a rebufo de la construcción de circuitos. Un germen que partía con un condicionante favorable: la afición que existe en esta nación por la moto. Desde 1988 hubo una filosofía de crear equipos para volver a ser potentes en el Campeonato del Mundo. Teníamos seguidores, pilotos y solo faltaba inversión. Los chavales necesitaban motos y medios para poder competir cada domingo. Cuando Alberto Puig hizo la selección de Movistar para elegir los muchachos que correrían el Campeonato de España, aperitivo del salto al Mundial, se le presentaron siete mil jóvenes. Ningún país podría imaginarse una obsesión de este nivel por el deporte de las dos ruedas. En todos los rincones de España hubo hombres que ayudaron a los chicos a tener posibilidades de demosdtrar su valía. Así surgieron Lorenzo, Márquez y Maverick, que han monopolizado el triunfo en Qatar. Así llegaron Pedrosa, Bautista, Terol, Barberá, Faubel y los hermanos Espargaró, Pol y Aleix. Con sacrificios económicos familiares, sí. Pero con circuitos donde poder practicar, entrenar y correr. Empieza una nueva edición del Mundial y ya tenemos tres líderes. italia ha reaccionado con el apoyo de la Federación y ha situado al joven Fenati en la lucha de Moto3, después de una travesía del desierto que duraba una década. Cortese, Corti, Iannone y Corsi también quieren recuperar el orgullo patrio, dolido por la superioridad de una nación, la española, que les ganó por la mano con la creación de decenas de equipos. Pero Italia, otrora reina de las dos ruedas, admite que su vecino del Mediterráneo lo ha hecho muy bien. Este es el resultado. Nuestra armada persigue superar este año la plusmarca de 26 victorias conseguida en 2011. Habrá grandes premios en los que no ganemos carreras. Estamos muy mal acostumbrados. Pero tenemos favoritos en todos los frentes. Eso no lo puede decir ningún otro país.