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Blogs Tras un biombo chino por Pablo M. Díez

Sonrisas “made in Corea”

Pablo M. Díez el

En Corea del Sur, la cirugía estética es tan habitual que los padres regalan a sus hijas operaciones para arreglarse los ojos, la nariz y los pechos cuando terminan el instituto para que así puedan lucirse y encontrar marido en la Universidad. Las estadísticas oficiales dicen que es el país con más intervenciones plásticas y que una de cada cinco mujeres surcoreanas ha pasado por el quirófano, pero parecen quedarse cortas a la vista de las elegantes bellezas que abundan por las calles de Seúl. Las gracias hay que dárselas a los cientos de clínicas de cirugía plástica que se concentran en sofisticados barrios como el de Apgujeong, justo en ese distrito que el rapero Psy lanzara el año pasado a la fama en el mundo entero con su “Gangnam Style” y el popular baile del caballo.

Con unos cortes se realzan las comisuras de los labios para lograr la sonrisa permanente. AONE

En esta sociedad obsesionada por la belleza y el culto al cuerpo, donde las jóvenes se aumentan el pecho y se redondean los ojos con la misma facilidad con que se ponen ortodoncias, la última moda es la sonrisa permanente. Al igual que aquella sonrisa arcaica que lucían las esculturas griegas, las surcoreanas se han empeñado en parecer contentas incluso cuando están tristes.

Por 1.500 euros, han proliferado unas operaciones de cirugía estética que alzan las comisuras de los labios y dibujan una sonrisa perenne en el rostro. Con un pequeño corte semiperpendicular en dichas comisuras, los médicos consiguen elevarlas y permiten que el paciente pueda sonreír a todas horas y sin necesidad de articular los músculos de la cara, evitándose así además que le salgan arrugas. En realidad se trata de algo parecido a la sempiterna sonrisa del “Joker”, el malvado guasón de las películas de Batman, aunque es de suponer que algo más agraciada.

Según han publicado algunos medios como “The Wall Street Journal” o la cadena de televisión estadounidense ABC News, el pionero en esta técnica, denominada “smile lipt”, ha sido el doctor Kwon Taek-keun en su clínica Aone. Su página “web” la publicita asegurando que “cuando las comisuras de los labios están levantadas, se crea una imagen más brillante y amable y la persona se muestra sincera y confiada”. Por lo tanto, resulta especialmente recomendable para quienes tienen las comisuras caídas y parece que siempre están tristes o malhumorados, para los que sufren alguna asimetría en la boca y, sobre todo, para aquéllos con problemas dentales que evitan sonreír por miedo a mostrar sus encías.

Pero el verdadero éxito de estas operaciones, especialmente entre muchachas de entre 20 y 30 años, no se debe a causas médicas, sino sociales. Con modelitos perfectamente conjuntados, las surcoreanas que trabajan en oficinas y tiendas no sólo deben lucir guapas y radiantes cada día, sino que además han de mostrarse ante sus superiores o el público atentas, sonrientes y complacientes. Tradicionalmente conservadora y competitiva, ya sea en los estudios o el trabajo, esta sociedad también ejerce una presión asfixiante sobre las mujeres para que se casen antes de cumplir los 30 años y les impone unos cánones de belleza marcados por despampanantes estrellas del “pop” coreano que más bien parecen perfectas muñecas de porcelana. El peligro es que, de tanto sonreír artificialmente, las guapas surcoreanas acaben pareciéndose al siniestro “Joker”. Como modernas Giocondas, es lo que pasa cuando se cuando se confunde la sonrisa con la felicidad.

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