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Blogs Tras un biombo chino por Pablo M. Díez

Atrapados en la isla y, probablemente, perdidos

Pablo M. Díez el

El mal tiempo ha atrapado a unos 200 periodistas en la isla surcoreana de Yongpyeong, donde un bombardeo norcoreano mató el martes a cuatro personas, dejó otros 18 heridos y volvió a avivar la tensión en la última frontera de la Guerra Fría. El único barco que la comunica con el puerto de Incheon ha sido suspendido hoy sábado por el fuerte viento y el oleaje. Las perspectivas no son muy halagüeñas para mañana. Por seguridad, el inicio de las maniobras militares conjuntas entre Corea del Sur y Estados Unidos podría cortar las comunicaciones hasta el miércoles.

Un periodista extranjero es entrevistado por una televisión surcoreana

La isla ha sido evacuada en masa. La mayoría de las casas han sido abandonadas a la carrera, como atestiguan sus puertas abiertas y las bicicletas y cochecitos de niños dejados en los jardines. Muchos periodistas han “okupado” algunas de las viviendas y pensiones, que son visitadas de noche por la Policía para advertirles de que paguen la habitación al día siguiente.

Otros pasamos la noche en la biblioteca de la escuela local, durmiendo entre estanterías de libros y sobre mantas en el suelo en una sala convenientemente caldeada para combatir el intenso frío de Yongpyeong. Algunos medios han tomado clases enteras donde, entre pupitres, pizarras y mapas, retransmiten, comen y duermen. Con 16 ordenadores conectados a internet, el aula de informática se ha convertido en un improvisado centro de prensa desde el que informar al mundo de lo que está pasando aquí. O, más bien, de lo que no está ocurriendo.

Como en esta pequeña isla solo quedan unos treinta habitantes y los “plumillas” hemos agotado ya todas las historias, nos hemos mirado unos otros para ver de qué escribimos. Y, cuando no hay noticias, los periodistas solemos convertirnos en noticia.

El aula de informática se ha convertido en improvisada sala de prensa

Aparte de escribir este comentario en el blog, he sido entrevistado ya por varias televisiones surcoreanas, al igual que los compañeros de otros países desplazados a la isla. Lo curioso es que los reporteros coreanos tienen su noticia tan clara los enviados especiales atrapados que quieren marcharse de Yeonpyeong que incluso le dicen a los entrevistados lo que tienen que responder a sus preguntas y los colocan a su gusto buscando las mejores tomas. Y, al final, todos los periodistas acaban fotografiando a otros periodistas que, a su vez, fotografían no ya a soldados preparados para la guerra, sino a otros periodistas esperando que estalle.

Por cierto, que con tanto hablar de la isla empezamos a parecernos a “Perdidos”. ¿Lo estaremos realmente?

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