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Blogs Tras un biombo chino por Pablo M. Díez

Mensaje en una botella: se vende aire

Pablo M. Díez el

En la vida hay quien se vende muy bien, quien vende sólo humo y quien es capaz de vender a su madre por un plato de lentejas. En la tienda Light Gray de Pekín, ubicada cerca de la emblemática Torre del Tambor, son expertos en las dos primeras cosas, ya que han conseguido montar un negocio a base de vender aire, pero, eso sí, con mucho estilo.
Y es que los responsables de este establecimiento, dos jóvenes que representan a la nueva China del crecimiento económico y la modernidad, comercializan unas coquetas botellas vacías a las que han adherido etiquetas con mensajes personales. No vendemos sólo botellas vacías. Queremos mostrar un mensaje, algo en lo que creer: una idea, explica Ling Yu, uno de los propietarios del local.

Ling Yu revisa una de las botellas con mensaje que se venden en su establecimiento. J.M. DE LA FUENTE

Tanto él como su socio, otro joven de 25 años que ha adoptado el nombre de Amor (en español), estudiaron en la Universidad de Publicidad de Pekín, por lo que decidieron montar juntos un negocio tras acabar la carrera. Hasta aquí todo encaja con la mentalidad emprendedora que ha contagiado a los chinos desde su apertura al capitalismo, pero Ling Yu y Amor aprovecharon sus estudios para darle un toque diferente a su aventura empresarial.
Con este objetivo, combinan los mensajes con el diseño de las botellas, que tienen distintas formas y tamaños pero proceden todas de una fábrica de envases de productos farmacéuticos. De hecho, las botellitas parecen más bien antiguos frascos de pastillas o los tarritos del jarabe de la abuela que vive en el pueblo. Escogimos las botellas porque se ve claramente lo que hay dentro, pero cada una tiene un mensaje diferente porque cada persona puede ver distintas cosas en el mismo recipiente según su mentalidad, razona Ling Yu, quien matiza que aun cuando el mensaje es el mismo, cada uno lo percibe de forma distinta dependiendo de sus propias experiencias personales.
Pero, al margen de estas explicaciones, en la tienda Ligth Gray quieren darle un sentido práctico a sus productos más allá de ser meros elementos decorativos. No nos importa cómo se usen las botellas, sino que sirvan para que la gente que las compre se encuentre a sí misma, indica Ling Yu, quien bromea afirmando que incluso se pueden utilizar para lanzarlas contra el suelo y romperlas cuando uno está enfadado.
Junto a este elemento liberador, los mensajes adheridos sobre el cristal buscan un efecto en el cliente, ya que van desde el animoso Valor para cambiar hasta el resignado El amor no es perfecto, pasando por otros consejos igual de sabios como Más pasión y más paciencia o Un espacio personal.
Más misteriosos son otros mensajes como El cielo azul de Pekín, que fue precisamente el que rezaba en la primera botella vendida por la tienda poco después de abrir a finales del año pasado. La compró un extranjero que había vivido en la ciudad y se disponía a regresar a su país, por lo que le iba a servir para recordar su estancia en China, desgrana Ling Yu, quien luego matiza que este mensaje es un guiño irónico a los Juegos Olímpicos, ya que la contaminación que sufre Pekín es tan grave que es difícil ver su cielo azul.
Tras esa primera venta, y apoyándose en el boca a boca y en internet, la tienda Light Gray ha tenido bastante éxito, a pesar de hallarse en un sótano sin letrero en una calle plagada de locales donde se venden instrumentos de música, juguetes, consolas de vídeojuegos, películas y cómics. Aquí viene gente buscando mensajes que les ayuden en su vida, como una joven que compró una botella donde rezaba Más coraje para darse ánimos y perder el miedo a conducir en la autopista, recuerda Ling Yu, quien tiene intención de abrir una sucursal en un sitio más visible.
Con botellas medio llenas o medio vacías, dependiendo de cómo se mire, su tienda seguirá vendiendo aire, pero con mensaje.

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