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Blogs Entre barreras por Ángel González Abad

Roca Rey: el zarpazo del Jaguar del escalafón

Rosario Pérez el

Ayer pasó por Valencia el Jaguar del Perú, que dejó tras de sí el olor a tierra quemada de aquellos que nacen para ganar y marcar una época. No es sorpresa ni novedad que Roca lleva tiempo siendo el Everest, pero ayer lo dijo a voces por si alguien no se había enterado aún. Es el poder de lo auténtico, de la personalidad y de la soberbia. ¡Que ya era hora de que saliera un torero arrogante! Porque soberbio fue el quite con el que respondió a Castella que le había dado siete lances a su toro, ¡siete! Otrora, por menos, se enganchaban a guantazos en la plaza.
Roca, sabedor de su capacidad, desafió a la figura francesa, mandó tapar a sus banderilleros y con la tranquilidad de quien se sabe ganador puso Valencia boca abajo con un quite pleno de seguridad, riesgo y majestuosidad. Y de paso dejó claro que, hoy por hoy, el Rey de la selva es él.

Foto: Míkel Ponce

Con la muleta se fusionó con «Rosito», un exigente toro de Cuvillo, como todos los toros bravos, en una obra grandiosa. Por abajo (y también por arriba, sí), pausada, sorprendente, explosiva, profunda, ligada, templada, diferente, reunida… Busquen el adjetivo que quieran, que con todos aciertan. El corazón de Roca cuenta con tantos caballos como un Jaguar C-X75, esa máquina sobre ruedas que fusiona la marca del felino y la escudería de Fórmula 1 Williams.
El viento buscó su protagonismo intentando abortar, como un enemigo más, tan superior obra, pero las alas de Andrés, cual Águila Imperial, lo expulsaban bajando la mano hasta lugares que solo un toro muy bravo, como este extraordinario cuvillo -que mereció mayor premio, aunque el presidente (¡qué raro!) no se inmutó- puede seguir.
Después de cuajar una faena que quedará en los anales de la temporada, se volcó en un tremendo zarpazo, con un estoconazo de premio para irse a hombros y marcar las pautas de una temporada que se antoja definitiva para instalarse como el mandamás de la tauromaquia.
Las corrientes contrarias buscarán excusas para frenarlo, llevan tiempo haciéndolo, pero lo que este joven desafiante les hace a los toros y las masas que arrastra -ojo, suyas son las mejores taquillas de lo que va de año- allá donde se anuncia son pasaporte seguro para coger las riendas del escalafón. Yo, por si acaso, le recomendaría a Ramón Valencia que mantenga su teléfono con cobertura y batería, que todo apunta a que será el primero en sonar para hacer las ferias de la temporada. Y que compren una máquina de contar billetes, porque despacio, y con la izquierda, tendrán que contarlos…

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Rosario Pérez el

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