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Blogs Entre barreras por Ángel González Abad

Morante de la Puebla: «Lo moderno me aburre»

Rosario Pérez el

Un silencio solo comparable al de las tardes de clavel se hizo en la Biblioteca de ABC. Era el turno de José Antonio Morante tras recibir el IX Premio Taurino de esta Casa de manos de Don Juan Carlos. Parecía la Maestranza en la inolvidable faena a «Dudosito». Y así fue su discurso, creativo e improvisado de principio a fin. Sin papeles. Con su característico acento y la esencia de su verbo: «Me llena de honor y de alegría que nos acompañen en esta noche tan taurina Su Majestad el Rey Don Juan Carlos, los ministros, el de Cultura… y no digo todos los que son porque no me acuerdo…». Las risas de las autoridades y de todos los invitados se mezclaban con los aplausos. «Morante es único», murmuró Juan Pedro Domecq. Minutos antes de la ceremonia, entre bambalinas, el torero de La Puebla del Río trataba de memorizar los nombres de las autoridades, pero triunfó su espontaneidad, la naturalidad con la que conquista a la afición. Se torea como se es. Y así es Morante en estado puro.

El sevillano continuó agradeciendo al jurado -«sin él yo no estaría aquí»- su valoración. Echó la vista atrás «con un cúmulo de recuerdos» tras visionar un vídeo que entusiasmó a los «tendidos»: «Esas fotos, aunque a los toreros a casi ninguno nos gusta vernos, porque vemos defectos por todos lados, me hacen recordar que este año hace veinte que tomé la alternativa».

Y prosiguió: «Hoy se me premia por una trayectoria y por ser fiel a un estilo clásico que a veces no está tan valorado en estos tiempos donde lo moderno abunda, abunda y se mete en nuestras casas y en nuestra vida diaria, lo cual a mí me aburre tremendamente». El eco de la atronadora ovación llegó a La Puebla del Río, con comentarios en las mesas de invitados de esta guisa: «¡Pero qué torero más grande!», «¡Viva la madre que parió a Morante!», «¡Y el padre!»…

De nuevo el silencio sepulcral cuando retomó la palabra, despaciosa como su verónica, sentida como sus naturales. «Este trofeo es la primera vez que lo recibo y es un trofeo muy importante. Quiero agradecer por último a este periódico, a ABC, que siempre ha estado a nuestra vera, a la vera de los taurinos y de la gente del mundo del toro, y a la vera de las tradiciones del pueblo español, como es la Fiesta de los toros». Otra vez su intervención, colmada de genialidades, se vio interrumpida por los aplausos y un «¡Viva España!». Hasta abrochar en medio de una enorme expectación de esta manera, a su manera: «Como somos un pueblo de tradiciones, como todo va unido, también hay una tradición de lealtad de nuestro pueblo a la Casa Real. Ha sido para mí un honor que me entregara el premio, Majestad, y lo veo como una unión inseparable entre la máxima… [se quedó pensativo, buscando la palabra apropiada] y nosotros, el pueblo, que salimos de abajito. Muchas gracias, Majestad». Alguno quiso auparlo a hombros por la puerta grande.

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