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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Varane, el último pase de Zidane

Tomás González-Martín. el

 Tenía 17 años y el Lens sufría un Talón de Aquiles. La defensa. Había que dar la oportunidad a Rapahel Varane. Arriesgarse. Era muy joven, pero se había formado en la escuela de primer nivel de Lievin durante dos años. Es la mejor cantera de futbolistas del norte de Francia. Con esa edad juvenil, “Rafa” debutó en la Primera División gala en 2010. Y destacó. Le llamaban el Piqué francés. No hace faltas. No las necesita. Po eso parece que no juega. Que no está en el campo. Es lo ideal de un central. Mantener la portería a cero y que nadie note que estás en el campo. Solo se dan cuenta los entendidos del fútbol. Los entrenadores y los ojeadores. Zinedine ejerció de espía. Le informaron de la jerarquía de un mocoso de 17 años. Le vio jugar. Informó a Mourinho. El portugués presenció partidos del joven. Le gustó. Fue a verle en privado. Lo ficharon para el primer equipo inmediatamente. Diez millones de euros. Sin discutir el precio. Los valía. Y valdrá mucho más. Firmó por el Real Madrid en julio de 2011. Un contrato por seis temporadas. Al cabo de año y medio, con 19 abriles (25-4-1993), su valor supera los diez millones con creces.

El club observó en Varane al futuro Fernando Hierro. Clase. Técnica. Toque de balón. Seguridad. Tranquilidad para mirar y dar el centro. Visión para el pase largo. Remate de cabeza. Solo le faltaba experiencia para abordar los grandes partidos. Su primer envite de alto nivel lo vivió frente al Manchester City en el Bernabéu. Aprobó, pero sufrió alguna novatada ante delanteros más curtidos. Ahora, en el clásico, era su hora de la verdad. Tenía que demostrar que sabe y puede. Ha adquirido el espíritu del Madrid.

Ramos y Pepe se lo han transmitido. Ha sacado el carácter. Tiene nervio. La ambición del madridismo le ha convencido. Le ha sumado para la causa. Afirma que esto es lo suyo. Le encanta la presión de tener la obligación de ganar. Le gusta la tensión de los grandes partidos. Esa sensación derrota a muchos futbolistas, que se sienten superados por la responsabilidad. Raphael, que venía de un equipo modesto, se ha hecho grande en la casa blanca. Se ha dado cuenta: está destinado para las más altas misiones. Ha nacido para luchar por los títulos. Para pelear al máximo nivel. Para llevar encima ese peso de ser un líder en un equipo líder.

El Madrid le ha hecho hombre. Zidane acertó con él. El club le ha moldeado para que sienta estos colores y la importancia de lo que representan. Su madurez mental es su primer pasaporte. El Madrid tiene otro estandarte.

Real Madrid
Tomás González-Martín. el

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