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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Laso, una canasta de títulos

Tomás González-Martín el

Llegó al Real Madrid para solucionar un problema endémico, que comenzó el siglo pasado. El gran Real Madrid de baloncesto de los años sesenta, setenta y ochenta agonizaba desde los noventa. Hubo un momento en el que el conjunto blanco de basket sumabas más Copas de Europa que el de fútbol. Emiliano, Luyk, Brabender, Ayken, Corbalán, Vicente Ramos, Cabrera, Lolo Sainz, Corbalán, Crístobal, Walter. Aquellos nombres hicieron histórico al Madrid. Grandes duelos contra el Ignis de Varese, el CSKA de Moscú soviético y el Maccabi. Leyenda. Fernando Martín llegó al conjunto blanco una una etapa más moderna, cuando los títulos europeos comenzaron a ser paulatinamente más costosos de ganar, porque surgían muchos clubes que dedicaban toda su inversión al baloncesto, no dependían del fútbol.
El Real Madrid de fútbol regresó al éxito continental e internacional en 1998 y enlazó tres Champions entre ese año y 2002, una etapa que cambió la realidad del club y le devolvió al reinado mundial. El equipo de balompié volvía a tener más Copas de Europa que el de baloncesto.
Se entró en un fase de atonía en el basket. El Real Madrid se olvidó de obtener copas europeas. Hasta que Pablo Laso fichó en 2011 por el Real Madrid para revolucionar una situación de resignación. Felipe Reyes se hizo más grande a medida que cumplía años y tenía descendencia. Todos los jugadores creyeron que era posible ser los mejores. Y lo fueron. Laso les hizo creer en imposibles. Lucha sin fin, entrega en los momentos críticos, remontadas increíbles, como la Copa del Rey ganada ahora, tras prórrogas y reacciones de sabiduría, hasta ganar el trofeo en una final dominada desde el primer instante.
Llull, Doncic, Nocioni, Randolph, Rudy, Carroll, Maciulis, Taylor, Draper, Hunter, Ayón y el incomustible Reyes son las armas de Laso para creer que los títulos son factibles si se cree en la capacidad propia.
Pablo I del Real Madrid y de España suma trece títulos desde 2011. Los mismos que el equipo en lustros. El Barcelona en crisis crónica envidia esta política de trabajo acertado del club blanco, encabezada por un entrenador afable que en la distancia corta exige la ambición máxima del jugador para alcanzar lo máximo. Un entrenador que convence al jugador que es posible si él lo cree. Un Laso que ayuda al jugador para salir de las dudas internas y triunfar si piensa en positivo. Con esa labor dura, diaria, para conseguir las metas. Con entrenamiento fuerte para mejorar los defectos, que son muchos y bien pulidos en cada jugador.
Jugador es la palagra clave de Laso. Ellos son los que ganan. Hay que inyectarles su experiencia, sus consejos, sus trucos y sus secretos para hacerles mejores. Lo ha hecho. Trece títulos. Ángel Nieto ganó trece Mundiales en motociclismo y decía que obtuvo doce más uno, supersticioso. Laso no es supersticioso. No te preocupes, Ángel, que Laso espera el decimocuarto muy pronto. Del gran Lolo Sainz al gran Pablo Laso. Así se escribe la historia. El rey Pablo I engrandece el trono del Real Madrid.

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