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La UEFA debe actuar ante el PSG por la reunión de sus ultras con Dani Alves: “Que los madrileños sientan lo que es venir a París”

La UEFA debe actuar ante el PSG por la reunión de sus ultras con Dani Alves: “Que los madrileños sientan lo que es venir a París”
(From L) Paris Saint-Germain's Brazilian forward Neymar, Paris Saint-Germain's Argentinian midfielder Paris Saint-Germain's Argentinian midfielder Giovanni Lo Celso , Paris Saint-Germain's French forward Kylian Mbappe and Paris Saint-Germain's Uruguayan forward Edinson Cavani celebrate after scoring a goal during the French L1 football match between Paris Saint-Germain and Dijon on January 17, 2018 at the Parc des Princes stadium in Paris. / AFP PHOTO / CHRISTOPHE ARCHAMBAULT
Tomás González-Martín el

Tenemos un muerto en Bilbao y los ultras del PSG se reunieron el mismo día en París con Dani Alves, Mbappé, Marquinhos y Thiago Silva, jugadores del club francés, para amedrentar al Real Madrid y a la afición blanca que acuda al partido de Copa de Europa el 6 de marzo. El mensaje amenazador de los radicales del PSG fue el siguiente: “Queremos que los madrileños sientan lo que es venir a París”. Alves, Mbappé y compañía admiten reunirse con estos delincuentes. Así está el fútbol europeo. Ceferin, presidente de la UEFA, debería entrar con dureza en el capítulo más grave de nuestro balompié y actuar con sanciones extremas, más radicales que los propios ultras. Hubo un fallecido español Bilbao y aquí no pasa nada, solo lamentos, florecitas, pésames, pero los políticos y la UEFA deberían aplicar la misma mano dura que se impuso cuando murieron 36 personas en Heysel, en aquella fatídica final de Champions.

París, Mbappé, Alves y Thiago Silva, un veterano en mil lides, todos quieren emular a Bilbao, donde sufrimos una vergonzosa violencia que expresa fielmente la idiotez de muchos jóvenes de esta Europa sin principios que permite que miles de aburridos maten su tiempo, y maten a personas, con citaciones en las que su único objetivo es pegarse con otro imbéciles como ellos para ver quien la tiene más larga, más dura, más gorda, más grande, aunque después se corran en un minuto ante una mujer de verdad, a la que no la llegan ni a los tobillos. Machitos de gimnasio, y sobre todo de androides artificiales, de pastillas, de drogas puras y duras. Se drogan para aumentar músculos y se drogan para hacer crecer su agresividad y darse de tortas con otro drogado como él. Esa es la Europa que los políticos permiten sin actuar. Aquí y en otras naciones. Porque la llegada de los nazis del Spartak de Moscú era conocida desde hace muchos días. ¿Por qué no se había prevenido bien lo que sabíamos que iba a suceder?

Quizá no hubo buena prevención porque quienes empezaron la batalla eran los ultras del Athletic, los seguidores de Herri Norte. Sabíamos que se iban a producir incidentes provocados por los nazis rusos, pero ¿no se sabía que los Herri Norte entrarían al juego? Hablemos claro, porque en estos sucesos no valen las aguas tibias, las medias verdades y las palabras políticamente correctas, porque son realmente mentiras. Hubo portavoces desde Bilbao que, después de la muerte del Policía Inocencio Aloñso, de 51 años, dijeron sin tibieza que fueron los Herri los que comenzaron las agresiones. Eran l huevo o la gallina, es verdad, las palizas se iban a producir, pero empezaron los vascoespañoles, se consideren o no españoles.

Sigamos hablando claro: en la tierra vasca se ha permitido durante décadas la violencia contra todo lo que significaba España y ahora no se sabe decir “no” cuando durante cuarenta años se ha dicho “sí” y no se ha actuado. Ese es el problema. Los Herri Norte pillaron desprevenida a la Policía. Penoso. Y se permitieron las batallas campales que se esperaban. Los Herri encendieron fuegos y bengalas por medio Bilbao, por donde pasarían los nazis rusos ¿Y nadie sabía nada? Pues si no tienen información ni se enteran de fuegos colocados para quemarse como metralla pirotécnica en farolas y en otros lugares, es que los dirigentes policiales son impotentes, negados, y deberían dimitir.

Dicha esta verdad, la UEFA también tiene mucha culpa. Sabe cómo funcionan los rusos nazis del Spartak y permite que vengan a los campos y se les entreguen entradas. Estos son seguidores del país que organiza la próxima Copa del Mundo de fútbol. Menudo ejemplo. Menudas joyitas nos esperan en Rusia. La UEFA debería dar un escarmiento. Debería prohibir que el Spartak compitiera durante cinco años, como hizo con los clubes ingleses cuando murieron 36 personas en Heysel. Ahora ha fallecido una persona, fuera del estadio. ¿Y qué? Esos son los ultras que después están dentro del estadio, dentro de San Mamés. ¡Pues lo pueden impedir prohibiéndoles la entrada. No se vende una entra a ningún seguidor ruso por seguridad. Habríamos evitado agresiones, navajazos, violencia extrema, terror y un muerto que deja una familia destrozada para la eternidad.

Hay que dar escarmientos. El Spartak debería ser suspendido durante varios años de las copas continentales. Y la UEFA debería también avisar al Athletic que los Herri Norte les pueden echar de las competiciones continentales si esta violencia se repite.

En este ambiente, la UEFA debería actuar de una vez. Y debería advertir al PSG que le informe con precisión de esa reunión que los ultras del equipo francés mantuvieron con la plantilla de Emery para calentar el partido con el Real Madrid.

La UEFA debería sancionar ya al Spartak y advertir al Athletic para informar al PSG que cualquier incidente violento se castigará con la suspensión internacional del club parisino. Ya está bien de escuchar a los clubes que no pueden controlar a sus violentos. Eso violentos están alimentados históricamente por los clubes y en cuanto quieran acaban con ellos. El Real Madrid y el Barcelona lo han hecho y lo han pagado muy duro, especialmente sus presidentes, los hacedores de aquel gran acuerdo contra la violencia, Florentino Pérez y Joan Laporta. Los dos acabaron con los Boixos Nois y con los Ultras Sur y ambos dirigentes han sufrido amenazas graves de estos delincuentes.

Se ha profanado diariamente la tumba de María de los Ángeles Sandoval, Pitina, la esposa de Florentino Pérez. Pero el presidente madridista se ha mantenido fiel, duro, sin ceder, aunque pinten la tumba de su esposa y la ponga el cartel de puta y otras bestialidades de estos delincuentes todos los días. Sí, porque le ponen esas cosas periódicamente con pintura. Las cosas hay que decirlas para que todo el mundo sepa lo que se paga y se sufre cuando se es valiente. A Laporta le han pintado una diana en su casa mil veces y ha tenido que cambiar de domicilio varias veces ¿Saben ustedes lo que es sentirse perseguido?

Por eso, por esta valentía, otros presidentes de clubes deberían ser mucho menos cobardes, que lo son y mucho, y actuar de la misma manera. Porque Urrutia sabe muy bien quienes son los Herri Norte y quienes tienen carnet de socio, y acabar con ese grupo radical. Como el Atlético debe actuar, y ya lo hace, para que sus radicales no repitan asesinatos como los de Zabaleta y Jimmy. Como el Deportivo debe impedir a sus radicales. Y el Sevilla conoce al dedillo a los Biris y no debe ceder como ha cedido. Porque otro día habrá otro muerto. Y todos saben por qué. Porque les permiten entrar a los campos. ¿Quién? Ustedes, los directivos.

Ahora llegará un Atlético-Lokomotiv de Moscú, otro duelo hispano-ruso. Y un Olympique de Marsella-Athletic, donde los radicales marselleses son de igual o peor caladura que los Herri Norte. La UEFA lo sabe. ¿Tomará medidas, actuará, advertirá o esperará a que los radicales de algún bando maten a alguien para enviar condolencias y ramitos de flores? Acuérdense que Heysel supuso el adiós del fútbol inglés de las copas europeas durante cinco años. Y Margaret Tatcher lo aprobó y dijo que a veces sentía vergüenza de ser inglesa. Un ejemplo a seguir, señor Ceferin. Actúe con mano dura.

Todavía estoy esperando que Vladimir Putin diga que a veces tengo vergüenza de ser ruso. Aprenda, señor Putin. Quizá su prepotencia nacionalista sea un espejo para esos asesinos ambulantes que van pegando por el mundo. Si usted, señor Putin , hablara claro contra esos nazis violentos ganaríamos mucho. No lo veremos, no. Ese es el problema, que ustedes los encubren con el silencio por ser de su nacionalidad. No, los asesinos no deben sentirse protegidos por nadie, ni siquiera con el silencio.

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