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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

El salto del tigre de Cristiano sobre Bale

Tomás González-Martín el

Recordó a aquellas melés que Santillana y Juanito disfrutaron en las grandes noches de la Copa de Europa. Las que Butragueño, Martín Vázquez y Michel reeditaron en los noventa. El abrazo de Cristiano a Bale tras el pase letal del galés fue una de las imágenes destacables de la quinta jornada de Champions. El portugués se tiró encima del galés. Hizo el salto del tigre. Una foto que rompía con esa leyenda retroalimentada de lo mal que se llevan los dos. Hay que decirlo con urgencia: Ronaldo y Bale son compañeros y amigos. Muchos equivocan su tiro al deducir que el enfado del luso por los pases que no le dio el galés en algunos partidos eran sinónimo de un antagonismo. Nunca fue así. Una cosa es el enojo por una jugada mal terminada y otra cuestión es la relación entre ambos. Recordemos como en Sevilla se enfadaron Jesé y Kroos con Cristiano por no darle un centro que pudo ser un gol importante. Que se sepa, se siguen llevando bien.

Lo malo de Cristiano y de Bale es que costaron 96 y 91 millones y todo lo que les rodea se magnifica a tenor de su precio. Y pertenecer al Real Madrid convierte cualquier gesto en una postura ideológica. Cuidado, militas en el Real Madrid y todo se mira con lupa. Hablemos claro: Ronaldo es muy ambicioso y lo que quiere es que el británico le conceda pases de oro para aumentar su cuenta goleadora en la Champions y en la Liga. Bale lo hizo en Ucrania. Cristiano marcó dos tantos. Es el máximo artillero de la Champions, con 84. Y Bale trazó dos asistencias de lujo. Así le quiere el Balón de Oro.

Ahora dirán que Bale y Cristiano no se abrazaron, sino que el portugués se cayó encima del galés. Vamos, que tropezó. Pues les guste o no, en la plantilla destacaban el día después el rendimiento de Gareth por su banda natural, la zurda, y el abrazo que Ronaldo le dio en el frío césped ucraniano. Hay que ser mínimamente inteligente para saber que quien más se beneficiará del rendimiento de Bale es el máximo rematador, Cristiano.

¡Claro que Bale ha venido para tomar el testigo del portugués en el futuro! Eso no es malo ni contraproducente. Ahora, los dos son figuras y deben colaborar. Es el agente del británico, el orgulloso Jonathan Barnett, el que les ha enfrentado en varias ocasiones con declaraciones de egos que más parecía el suyo que el de Bale. También  se les intentó enemistar con aquella visita de Benítez a Bale en el verano. Se elucubró que Cristiano pasaba a un segundo plano. Como si le movieran la silla. Ese no era el asunto. El objetivo de Benítez era y es sacar mayor rendimiento a Bale. Y acudió a ver al delantero en agosto para preguntarle donde quería jugar. Y le pidió ser media punta. Y así ha sido hasta el partido de Ucrania, donde el entrenador le ha puesto en su sitio, la izquierda. Eso nada tenía que ver con la primacía del portugués. El Balón de Oro continúa siendo el referente del equipo. Y lo mejor para él es que Bale le envíe buenos centros desde la banda. La izquierda.

Cristiano se lanzó sobre Bale tras marcar un gol. Algunos dirán que quiso aplastarle. A Benítez no le importa. Sabe lo que sucede dentro de la cocina blanca. Lo único que le interesa es que Ronaldo continúe aplastando a Bale. Como el añorado Juanito hacía con Santillana. Como Michel hacía con el Buitre. Como Marquitos hacía sobre Di Stefano. Allí, en el cielo, Marquitos, Muñoz y Di Stefano han retado a un derbi a San Román, Aparicio y Luis Aragonés. Aquí, en la tierra, Bale y Cristiano buscan obtener el máximo rendimiento para el Real Madrid, para reeditar aquellas noches gloriosas de Alfredo, Marquitos, Miguel Muñoz y Juanito Alonso. La historia se repite.

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