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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

El Real Madrid no acude al victimismo

Tomás González-Martín el

El Barcelona se ha quejado de las patadas del Atlético sin querer reconocer que, tras recibirlas, el señor Neymar provoca a sus rivales con gestos de superioridad que le pueden salir muy caros. Muchos adversarios le tienen tomada la matrícula al brasileño. Es un ejemplo más del victimismo habitual que utliza el club azulgrana para esconder sus vergüenzas dentro y fuera del campo. El Barça va de víctima en el césped y en los despachos. Es una táctica habitual que utlizaron Agustín Montal, José Luis Núñez e incluso Joan Gaspart cuando ya trabajaba periódicamente en la Federación Española de Fútbol.

Ahora, Bartomeu se queja del Estado porque su club ha distraido millones y millones del pago a Hacienda. Los casos de Neymar y Messi, que han sido reconocidos como flagrantes errores, siguen siendo la justificación de Bartomeu para decir que España, el Estado, Hacienda, está contra ellos. Y tira sibilinamente el dardo de la culpa de esta investigación a Florentino Pérez, porque era el otro club que deseaba fichar a Neymar. Tacha sin decirlo al Estado de corrupto, y por ende al presidente del Real Madrid.

Sin embargo, el despido de Zubizarreta descubre los fallos de planificación general de la entidad catalana. Es toda una declaración del ma culpa. ¿Los culpables son el Estado y Florentino Pérez?. En su pecado esta la penitencia, porque el despido del director deportivo del Barcelona es la confirmación de los desastres cometidos en los fichajes y no fichajes del club. Hay en Barcelona un central que fue contratado y todavía está lesionado. Ni está ni se le espera. Y Asensio decidió venir al Real Madrid. Y Odegaard, también. Y Peeters. Se justifica el Barcelona en la prohibición de adquisiciones impuesta por la FIFA. ¿También la FIFA está dirigida por el Estado español y Florentino Pérez?. Algo estarán haciendo mal en Camp Barça. Bastante mal. Muy mal.

La propia convocatoria de elecciones es un reconocimiento de su nefasta política de gestión futbolística y económica. Pero la culpa es de España y del Real Madrid. La FIFA, de momento, no es España, pero Bartomeu está a punto de integrarla para unificar al enemigo. Utiliza las estrategias de las dictaduras: todos están contra nosotros, para calentar el primitivismo ancestral de defender lo tuyo aunque quienes lo dirijan sean unos incapaces.

El Real Madrid, sin embargo, no ejerce el victimismo. Sufre tantas o más patadas que al Barcelona y no monta una campaña como ha hecho el Barcelona, recordando la época de Guardiola en la que sus jugadores se tiraban al suelo, protestaban al árbitro ante cualquier jugada y decían que el Madrid era la violencia personificada. Los azulgrana han recuperado ese arma frente al Atlético. El Madrid no se ha quejado. Y el Atlético y el Sevilla han cosido a patadas a Cristiano, a Bale, a Isco y a James en diversos partidos. El colombiano ha pagado esa dureza del equipo de Emery. Y el Madrid no acude al victimismo. Ni se queja al comité arbitral de su permisividad, aunque haya escuchado al propio Emery decir en la sala de prensa del Bernabéu una verdad que también aplican el Atlético y otros equipos: “Si dejas que los jugadores del Madrid, con su calidad, toquen el balón, no tienes nada que hacer. El fútbol es un deporte de contacto y nosotros tenemos que buscar el contacto”. Ahora, la Real Academia de la Lengua Española tendrá que redefinir el significado de la palabra contacto. Que se lo pregunten a James. El futbolista ha asegurado que no denunciará al Estado por corrupto. Otros lo hacen por menos.

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