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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

El Real Madrid destroza el cuento chino del estilo surgido desde la cantera

Tomás González-Martín el

El Real Madrid ha soportado durante dos años, justo desde que ganó la Décima, que es un equipo que no tiene un estilo de juego. Que no mantiene un proyecto. ¡Qué casualidad! Cuando ganó la décima Copa de Europa se olvidó aquella acusación. Aunque muchos esperaban que el Atlético venciera por 1-0 en aquella final para restregar a Florentino Pérez esa rémora de la falta de una idea de juego surgida desde la cantera, en comparación con el Barcelona, que exhibía orgulloso un estilo del juego de toque creado hace años. Ahora, el Barcelona del estilo definido ha caído en cuartos de final de la Champions, mientras que el Madrid sin plan está en semifinales. Lo mismo sucedió en 2014, cuando ese Real Madrid sin proyecto se proclamó campeón. Vamos a hablar clarito para desmontar tantos cuentos chinos.

La teoría de jugar con un mismo estilo desde alevines es una película de mentiras unidas, unas detrás de otras. Hay un argumento esencial que desmonta estos papeles futbolísticos de Panamá: las primeras plantillas de los granes clubes se forman con ocho titulares fichados de otros equipos y otros cuatro suplentes procedentes de otras ligas; solo un canterano, de promedio, lega a ser titular. Ahora, el Real Madrid, ese club sin estilo y sin proyecto, se ha clasificado para las semifinales por sexta vez consecutiva. Y el Barcelona del proyecto eterno ha caído en cuartos de final, como le sucedió en 2014 también frente al Atlético. Los hechos desvelan que ni tanto ni tan calvo. Ni hay tanto proyecto en Barcelona ni hay falta del mismo en el Real Madrid.

El conjunto blanco ha tenido que escuchar periódicamente la denuncia de que sus equipos infantiles y alevines deberían jugar con el mismo estilo de juego del primer plantel, sea un 4-3-3 o un 4-2-3-1. Dicen en Barcelona que allí si se juega con el estilo de toque desde benjamines. Eso queda muy bonito para decirlo, pero los hechos desvelan que no sirve para nada. El hecho de que unos niños de ocho años jueguen al 4-3-3 no quiere decir nada respecto al primer equipo. Primero, porque de esos niños, solo uno de promedio, como decimos llegará al primer equipo. Segundo, porque ocho futbolistas de media de la alineación titular y otros cuatro hombres del banquillo serán fichajes que habrán jugado otros sistemas en otros clubes y en otras ligas. Esa milonga defendió por el barcelonismo es un cuento que se ha esgrimido contra el Real Madrid para esconder tras ella los ataques a su presidente, Florentino Pérez. El Real Madrid ha demostrado la verdad. Se gana cuando se juega bien, se está en plena forma y se corre más que los rivales. Y ya está. Son momentos de forma.

El Madrid ganó la Liga de los récords en 2012 con un estilo de contragolpe mortal, con Mourinho, y dos años después se adjudicó la Décima con una idea de toque y dominio, de Ancelotti, diametralmente opuesta. Lo único que puede pedirse a un equipo es que mantenga, eso sí, una línea de juego, un estilo, de su primer conjunto en el tiempo. Para que fiche jugadores acordes con esa idea. Dicho eso, tampoco es una ley que asegura el éxito. El ejemplo lo puso el Real Madrid en el paso de dos años. Con Mourinho, líder del mejor contragolpe del mundo, ganó la Liga de los récords en 2012 con un 4-2-3-1 de estampida, al robo y contragolpe. Dos temporadas más tarde, el Real Madrid de Ancelotti, con un 4-3-3 de toque clásico y confección, se adjudicó la Champions en 2014. Teorías, a estas alturas, poquitas, señores. Solo hay una cosa cierta: gana el que juega bien, tiene confianza, se encuentra a tope y, sobre todo, corre más que el contrario. El Real Madrid venció al Wolfsburgo y corrió más que el rival. El Atlético corrió diez kilómetros más que el Barcelona del proyecto de oro y miren donde está.

Hay una realidad que marca la historia reciente del Barcelona: ha ganado en los últimos tiempos porque ha tenido a Messi y aun grupo de hombres que también llevó a la selección española al éxito: Busquets, Xavi, Iniesta, Puyol y Piqué. Fue un grupo de canteranos que salió perfecto, como el Real Madrid de la quinta del Buitre. Pero ese Barcelona ganó cuando Messi estuvo bien. Cuando falló en 2014, el campeón de Europa fue el Real Madrid. Y ahora que Leo ha vuelto a jugar andando, ha vuelto a caer en cuartos de final. Y el Madrid sin proyecto está en semifinales. Cuenten ahora el relato de la cantera florida. Al final deciden los Messi y los Cristiano. Lo demás es verborrea para llenar tertulias.

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