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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Cristiano, un contrato “en blanco”

Tomás González-Martín el

Cristiano Ronaldo tiene contrato con el Real Madrid hasta 2018. Cobre quince millones de ficha anual. Y el portugués considera que tiene fuerza para jugar más años en el equipo que soñó desde que era pequeño. En febrero cumple 30 años y se encuentra físicamente igual que hace cinco años. Su potencia y su velocidad no descienden, porque se cuida como nadie para ser el número uno. Dedica toda su vida, las 24 horas de cada jornada, a ser el mejor. En 2018 tendrá la edad de Cristo. Y el quiere ser el dios del Real Madrid y, si es posible, del fútbol mundial. En la entrega de su tercera Bota de Oro lanzó un guante blanco a Florentino Pérez: “Quiero terminar mi carrera aquí, todo depende del presidente”. 

Desea que, con serenidad, sin prisas, más adelante, el club le ofrezca una renovación por dos o tres años más, hasta los 35 o los 36 años. Se cuida para ganarse ese porvenir en el club madridista. Su ambición alimenta esa entrega para no perder virtudes físicas y ser el hombre a batir en cada estadio. Anhela superar el récord de 323 goles de Raúl en el Madrid y los 71 que el ex madridista posee como plusmarca de la Copa de Europa, empatado con Messi. Ronaldo tiene 274 goles en total (antes de enfrentarse la Rayo) y 70 en Champions. Suma dos Balones de Oro y espera recibir el tercero el 12 de enero en Suiza. Quiere conquistar más Champions. Pretende ser el mejor futbolista de la historia. El reto es tan difícil que solo un hombre con el ansia de triunfar de Cristiano puede proponérselo y decirlo sin vergüenza. Esa ambición es su primera virtud. Lo que no se desea es difícil de conseguir.

El presidente del Real Madrid afirma que es el digno sucesor de Di Stéfano. No hay mejor motivación que ser comprado con el icono del madridismo y del fútbol europeo de los años 50 y 60. Cuando el Benfica tomó el testigo del Madrid en 1962, Di Stéfano era el mito que todo niño quería ser. En Portugal surgió entonces Eusebio y el gran Benfica. Pero Cristiano tenía en sus sueños, en los años 90, al Real Madrid. Por su historia. Por las tres Champions ganadas en 1998 (tenía 13 años), 2000 y 2002. Ahora recoge el testigo que le concede Florentino Pérez: ser el sucesor de Di Stéfano. De momento, debe alcanzar los 307 goles de Don Alfredo en la casa. Antes de jugar frente al Rayo, el luso acumula esas 274 dianas en 262 partidos, con un promedio inigualable, superior al tanto por encuentro. Ronaldo suma además dos Champions. Di Stéfano levantó cinco. Pero el portugués tiene tiempo para ganar más. Ya ha sido coronado con dos Balones de Oro, en busca del tercero. Y ha obtenido tres Botas de Oro. Emular a Don Alfredo, cortita y al pie, es el mejor reto que el club le puede plantear. Y Ronaldo necesita pocos motivaciones para rendir a tope. Se motiva solo. Ese es su secreto. Vivir para los récords.

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