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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Carta abierta al “topo” Casillas

Tomás González-Martín el

Usted, señor Casillas, lo ha pasado muy mal en el Real Madrid desde el 22 de de diciembre de 2012, cuando Mourinho decidió que Adán jugara como portero titular en La Rosaleda, pasando usted a la reserva. Perdió el Madrid 3-2. Y comenzó la polémica de verdad. Una situación que se agravó para usted con su lesión, el 23 de enero de 2013, en Mestalla. Una realidad que se convirtió en cruda para usted cuando, superada la dolencia en el dedo, regresó como suplente de Diego López, fichado para cubrir su baja. Comenzó entonces un largo vía crucis para usted, el icono de la selección española. Un ídolo nacional. Era reserva en el Real Madrid y titular con la mejor selección del mundo, la campeona del mundo. Desde esa posición extraña para usted, comenzaron a publicarse muchas cosas del interior del vestuario de Valdebebas. Se filtraron hechos de Mourinho. Y el entrenador portugués adujo que usted era el topo. Esa fue una cruz que no ha dejado de portar hasta hoy.

Hay que hablar clarito. Se publicaron cosas con frases expresadas tal y como las dice usted, un hecho que le perjudicó sobremanera. Recuerdo escuchar estas palabras: “Eso solo lo puede haber dicho Íker, él habla así”. Esto le hizo mucho daño a usted. Su sobrenombre de “topo”, expuesto por Mourinho e incluso por algunos futbolistas, sobrevolaba en el ambiente madridista. Eso consolidó su estado en la reserva. Dice usted que se sintió solo. Seguro que sí. Se marchó Mourinho. Y las cosas cambiaron en el ambiente, que no en la portería. 

Llegó Ancelotti y su continuidad en la suplencia fue un golpe duro para usted. Por lo menos, el italiano no le puso una cruz, ni le tuvo apartado. Fue Vecchi quien aconsejó la titularidad de Diego López . Y el primer jefe, Carlo, hizo caso a su especialista de la portería. Después, el técnico, experto en mil lides, le otorgó la Champions y la Copa del Rey. Y usted ganó los dos títulos. El Bernabéu le aplaudía a usted cuando se cantaba su nombre como suplente en el banquillo de la Liga. Y otro sector, los mourinhistas, jaleaban a Diego López como respuesta. El cancerbero lucense soportaba esta realidad con estoicismo. Lo que es la vida. En el segundo curso de Ancelotti, se ha traspasado al gallego, usted ha regresado a la titularidad, y son ahora los mourinhistas, los que le catalogan de topo, los que le pitan a usted.

El apelativo de topo no se lo podrá quitar usted en la vida. Ahora dicen que todo lo que se publica de Vecchi lo comenta usted a sus amigos. Pasa usted a la suplencia frente al Elche, para dar un partido a Keylor, y surgen informaciones polémicas sobre el entrenador de porteros. Se dice que William prefiere a Navas. Que no tiene “feeling” con usted. Se escribe que Vecchi se ha desvanecido varias veces en Valdebebas, dada su edad. Y estas cosas tampoco le benefician a usted, porque sus enemigos, que los tiene, piensan que es usted quien las filtra. Tiene usted tantos apoyos que cuando salen en su defensa parece que es una campaña organizada por usted mismo. Esa cruz nunca se la podrá usted quitar.

Vive usted en un ambiente que nada tiene que ver con el disfrutado desde 1999 hasta 2012. Escucha usted que Kiko Casilla ha renovado por un año con el Español manteniendo el 50 por ciento de su ficha en poder del Real Madrid, que solo pagaría 10 millones en julio de 2015 por su traspaso. Lee usted que será su relevo. Que usted se marcha en julio. Usted sabrá más de esto que nadie. Se ha dicho que hay un pacto de caballeros en el club para que esto suceda así. Juega usted un año y se va. Usted sabrá más que nadie si es verdad.

Se ha llegado a decir que el Real Madrid le daba la carta de libertad tras ganar la Champions y usted no la quiso, porque pidió el pago total de su contrato, que finaliza en junio de 2017. Usted dirá si es cierto. Se ha dicho incluso que no llegó una buena oferta por usted este verano porque su ficha es cara, siete millones netos anuales, y la final de la Champions y el Mundial no fueron un buen espejo.

Manifiesta usted que cansa escuchar ahora pitos contra usted. Muchas veces injustos. Tiene usted críticos irredentosque le silban incluso cuando juega bien, como lo hizo frente al Athletic. Claro que eso no gusta. Al club le desagradó que le pitaran en el derbi, dando una imagen de falta de unión de la grada precisamente frente al eterno rival. Así es la vida. Es verdad que el Bernabéu también protestó en su extenso historial contra Di Stéfano, Zidane y Miguel Muñoz, entrenador legendario de una época irrepetible. Es consuelo de tontos para usted. Lógico.

Reflexiona usted que quizá ver su cara durante quince años cansa en el Bernabéu. Probablemente sea cierto. Ley de vida. Si le consuela, dentro de diez años, cuando se haya retirado todo el mundo le recordará como un ídolo inolvidable. El fútbol actual puede ofrecer mucho dinero y ser muy ingrato en el trato. Y más en una casa de la trascendencia mundial del Real Madrid. Estás siempre al filo de la gloria y del infierno. Usted ha vivido ya las dos versiones en este club. Hay que sobrevivir con ello. Siempre quedará Glasgow en el imaginario de su carrera. Allí no hubo topo, sino un muro llamado Íker. No sé si consuela, pero es la verdad.

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