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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Carta abierta a Diego López

Tomás González-Martín el

Amigo Diego. No tiene usted apoyo mediático. El trato que recibe de cierta prensa no es objetivo, tiene usted razón. Le están esperando para criticarle en cuanto cometa el primer fallo, el segundo despiste. Usted no vio el disparo de Gabi, tapado por Cristiano, pero el gol se lo achacan a usted. Es normal. Ser guardameta del Real Madrid no es fácil, como tampoco lo es ser defensa. Acuérdese de Rocha, Spasic y tantos otros hombres que pagaron el fútbol ofensivo del equipo, vendidos ante el contragolpe enemigo. Debe usted, como portero, cargar con ello. Y con la corte de defensores de Casillas a ultranza.

Íker es otro gran portero, pero tiene el aura del Mundial, de dos Eurocopas, de dos Champions, y eso pesa en quienes lo vivieron junto a él. Prefieren lo conocido que lo nuevo. Usted no era nuevo en el Madrid, ya estuvo con Capello e Íker, pero es nuevo en el liderazgo del equipo, en la titularidad del club más famoso del mundo, y eso se paga si no tienes nombre. Usted no tiene prensa, en efecto. No es “jugador de periódico”, como dicen los futbolistas. Pero es jugador para el Real Madrid. Y bueno. Y titular. Quédese con ello, aunque no venda titulares… de prensa. 

Diego, usted está jugando muy bien en el Madrid. Ahora le culpan del segundo tanto del Atlético e incluso le dicen que pudo hacer más en el primero. Nadie recuerda que usted le sacó un mano a mano a Diego Costa con su colocación y su experiencia. Es la ley del avestruz, que solo saca la cabeza cuando interesa. Sí, solo le buscan los fallos a usted.  Es lo que hay. Le juzgan desde un bando, no desde la objetividad. Le miran con lupa. Todo, porque le eligió Mourinho como primer espada. Y eso no lo admiten los enemigos de Mou.

A los radicales de Íker, que tanto daño le han hecho también a él por su evidente parcialidad, les dejó fuera de juego que Ancelotti siguiera los pasos del portugués y continuara con usted, Diego, como primer cancerbero. Eso les desmarcó. Les indicó que usted no era titular solo porque Mourinho estuviera enfrentado al guardameta campeón del mundo. Había algo más. Mucho más. Usted, con sus 196 centímetros y sus 88 kilos, posee la rapidez de un joven. Sale por alto y cubre bien la portería en el uno contra uno. Tiene usted la tableta en el vientre. Por eso, Íker se ha puesto también a sacar tableta. Lo que ha provocado usted es que Casillas también adquiera una forma espléndida, a tope. Mejor para Carlo. Mejor para el Madrid. Pero para sus enemigos no es mejor, porque a usted, Diego, le quieren ver en el banquillo, como un segundón. No tiene nombre usted, por mucho que la hija de Ancelotti diga que usted es un gran arquero.

No se preocupe. Sé que usted y su mujer lo pasan mal con las críticas que escuchan y leen desde abril del año pasado. Piense que sus entrenadores le han elegido a usted, que es lo que importa. Los que se juegan su prestigio, los títulos, le han seleccionado a usted. Lo demás es gratis. Aunque a usted le cueste caro. En el seno interno del club, el equipo le apoya. Rechazan este trato injusto.

Por supuesto, hay compañeros que prefieren que Casillas sea titular y otros que le eligen a usted. Como unos prefieren a Di María y otros a Jesé. Y otros pondrían a Morata. Lo único importante es que quien tiene que elegir le pone a usted. Lo demás es desgaste dialéctico. Y toda la plantilla y todo el cuerpo técnico le apoya a usted si el que manda le nombra titular. No quiere el equipo que se abra una herida interna por ese flanco. Nada de disensiones. Es lo que interesa a  los adversarios del club. Los jugadores y los entrenadores están con usted. Como están con Íker cuando es él quien juega en la Champions o en la Copa.

Siéntase usted un gran jugador del Real Madrid, porque lo es. Usted sí tiene quien le escriba. Quien destaca sus virtudes. Aquí lo ve. Como también escribimos bien sobre Casillas cuando demuestra su nivel. Esa es la diferencia, que no tenemos inquina, ni somos partidarios de uno u otro. Y eso ya no se lleva.

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