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Adiós Sanchís, fuiste el pionero del lateral izquierdo de ataque

Adiós Sanchís, fuiste el pionero del lateral izquierdo de ataque
GRA345. MADRID, 28/10/2017.- Fotografía de archivo tomada el 20/05/1998 del exfutbolista del Real Madrid Manuel Sanchís Martínez, defensa que integró el equipo "yeyé" jugando en el club madridista durante siete años, entre 1964 y 1971, y que ha fallecido este sábado en Madrid a los 79 años, informa la entidad blanca. EFE/ARCHIVO/Bernardo Rodriguez
Tomás González-Martín el

Le conocí en el ecuador de los años setenta, poco tiempo después de dejar el fútbol. El mítico Sanchís de las medias caídas, que corría la banda como una gacela, había puesto un negocio de prendas deportivas y yo, que militaba en juveniles, fui aconsejado por mi entrenador para comprarle las botas a él. Eran muy caras para un chaval, 1.500 pesetas de 1973, y Sanchís dijo: «No hay problema, pagas cien pesetas al mes». Me enseñó a atármelas bien. Así pude tener las botas que guardo con devoción.
Fue un baluarte del nuevo Real Madrid. Protagonizó junto a Pirri, Grosso, Velázquez y De Felipe el paso a un fútbol más moderno, tras el final de la era del equipo de la leyenda

Llegó al Real Madrid en 1964, curtido, con veintiséis años y la misión de sumarse a la renovación del equipo de la leyenda, el de las cinco Copas de Europa. Di Stéfano se marchó del club ese año. Sanchís, Pirri, Zoco, De Felipe, Grosso y Velázquez definieron desde ese momento el Real Madrid del cambio. El que devolvió el título de la Copa de Europa a la entidad en 1966. El Real Madrid, que fue recibido con devoción en Gerona, recuerda a su antiguo jugador con sentimiento.
(Se ganó a Miguel Muñoz. Llegó en 1964 y convenció. Se apropió de la banda con su entrega, rapidez y valentía ofensiva)

Pero este valenciano de Alberique, pequeñito, todo nervio, todo sangre, dio otra vuelta de tuerca a esa modernización de su fútbol que la entidad buscaba. «Manolo» revolucionó la idea del lateral existente hasta entonces. Fue el primer lateral izquierdo de ataque que destacó en el fútbol español. Sus medias caídas eran el reflejo de esa tendencia creativa. Nunca fue el clásico leñador que solo jugaba para frenar al fino extremo derecha del rival. Nada de eso. Sanchís era un jugador de ataque, ofensivo, con cuerpo de extremo, que ascendía por la banda durante todo el partido y daba centros de gol a Pirri, Amancio y Grosso. Como dice Zidane ahora, aquel también era el mejor equipo del mundo.
Manuel Sanchís Martínez nació en Alberique (Valencia) el 26 de marzo de 1938 y falleció en Madrid el 28 de octubre de 2017.

Su compenetración con Gento era perfecta. Si «Paco» corría la banda, se quedaba atrás, a la espera de recuperar cualquier balón de rebote. Y si Don Francisco estaba tapado, era él quien subía al ataque.
Algo de todo esto vio el Barcelona en Sanchís cuando era juvenil en un equipo de Alberique, pero no lo supo valorar en su justa medida. Lo cedió al Condal a lo largo de cuatro años. El valenciano se pudo marchar por fin libre en 1961, pues entonces existía el derecho de retención, y firmó por el Valladolid. Su buen fútbol en el conjunto blanquivioleta le permitió ser ojeado por el Real Madrid y cumplir el sueño de militar por fin en un equipo de alcurnia.
(«Sanchís se escapaba por piernas con la pelota y te la robaba a toda velocidad», decía el inolvidable Luis Aragonés, rival rojiblancos en aquella etapa)

Todo coraje, rápido, incansable, se ganó a Miguel Muñoz desde el primer entrenamiento. El míster, un hombre que escondía con su sencillez una enorme inteligencia, le tenía calado desde que le vio brillar en el Valladolid. Solo necesitaba comprobar que sabría soportar la presión para rendir igual en el Real Madrid. El entrenador constató que al valenciano no le asustaba nada. Era tan menudo como valiente. No necesitaba tener el cuerpo contundente del defensa antiguo para triunfar.
(«Sanchís padre era un correcaminos, siempre lo tenías delante para quitarte el balón, menos mal que era mi compañero», subrayaba Ramón Moreno Grosso a ABC cuando dirigía junto a Beenhakker a Manuel Sanchís hijo)

Nada más llegar ganó la primera de las cuatro Ligas que adornan su palmarés. «Sanchís se escapaba por piernas con la pelota y te la robaba a toda velocidad», decía el inolvidable Luis Aragonés, rival rojiblanco. Grosso definió perfectamente a Sanchís padre cuando trabajó con Sanchís hijo de la mano de Beenhakker: «Era un correcaminos, siempre lo tenías delante para quitarte el balón, menos mal que era mi compañero». Velázquez lo disfrutó: «Combinaba con Manolo y con Paco por la izquierda y la rapidez de ambos me solucionaba muchas situaciones complicadas, porque yo les podía dar el pase a los dos a la vez, ambos se desmarcaban y me abrían el campo».
(«Combinaba con Manolo (Sanchís) y con Paco (Gento) por la izquierda y la rapidez de ambos me solucionaba muchas situaciones complicadas, porque yo les podía dar el pase a los dos a la vez, ambos se desmarcaban y me abrían el campo», destacaba Velázquez)

La conquista de la sexta Copa de Europa fue el espaldarazo para Sanchís, Pirri y toda esa generación. El moderno lateral zurdo del Real Madrid se ganó la internacionalidad muy pronto. Disputó con España el Mundial de 1966, en Inglaterra, y marcó un bonito gol a Suiza. Tras la Copa de Europa y cuatro Ligas, en 1970 se adjudicó la Copa, como colofón de su carrera. Ha muerto un pionero como defensa, un exponente de la lucha sin cuartel del Real Madrid.

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