Entre mis recuerdos de bisoñez noventera recuerdo aquella campaña a favor de destinar el 0,7% del PIB para ayuda al Tercer Mundo. Creo que nunca se llegó a alcanzar ni de lejos. Hasta se acampaba en tiendas de campaña por tan noble causa al estilo 15-M.
Pues ni al 0,7% han podido aspirar las Fuerzas Armadas en los últimos presupuestos. El Ministerio de Defensa contará este ejercicio con un presupuesto de 6.316,4 millones de euros, el 0,59% del PIB. Un dato sonrojante en el escenario internacional.
Comprendo el estado de «shock» en el que se encuentran las arcas públicas. La necesidad de arrimar el hombro. La austeridad y aquella vieja teoría de los cañones (defensa) y la mantequilla (gasto social) en tiempos de crisis. «Lógico» que se quiera invertir más en Educación y Sanidad que en Defensa en este año 5º de la Crisis que se negó. «Lógica» la respuesta que se daría en las encuestas: «Más sanidad, menos Ejército», que diría el entrevistado de turno.
Pero si reducimos el debate a los cañones y la mantequilla podemos caer en un garrafal error porque la defensa y la seguridad son patas que garantizan el Estado de Bienestar.
Llueve sobre mojado: en los últimos cinco años se ha reducido el Presupuesto un 23% (4 años de PSOE y este de PP). Y los años que quedarán. Seguimos en Afganistán, Líbano, Bosnia y Herzegovina o Yibuti-Índico, dando el callo nuestros militares como si nada. En retaguardia, los carros de combate se paran, las maniobras o el combustible se recortan y los menús hasta se reducen. «Hay que ahorrar hasta en fotocopias», me dice un general. «El peligro de tener unos Ejércitos huecos es real», insiste un alto cargo del Ministerio.
Pero, por favor, políticos, cuando este monstruo de la crisis se vaya (crucemos los dedos), pongan la Defensa de una vez en el lugar que le corresponde: entre el 1 y el 2% del PIB. Priorizando, sin dispendios, asegurando la viabilidad y modernización de las Fuerzas Armadas. Con un plan y una visión a largo plazo que no dependa del vaivén PP-PSOE. Pacto de Estado en Defensa Ya, que dirían en el ágora del 15-M.
En el último informe de la OTAN, solo había dos países con menor inversión porcentual que España: Lituania y Luxemburgo. He ahí el lugar de España en la OTAN. De vergüenza. Reino Unido (2,6%), Francia (1,9%), Italia (1,4%), Alemania (1,4%). Espero que los Aliados no nos lo tengan en cuenta en la próxima Cumbre de Chicago (20-21 de mayo). Que los Aliados comprendan lo «lógico» de la situación.
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