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Afganistán, 5 razones para quedarse (con Obama) y no irse (con Hollande)

Esteban Villarejo el

 

La elección de François Hollande como presidente de la República de Francia ha abierto el debate de nuevo. A la Casa Blanca se le aparece de nuevo el fantasma de una abrupta retirada como la de Zapatero en Irak (en la imagen cuando aún no era ni presidente).

¿Debe España permanecer en Afganistán hasta el final de 2014 con la actual misión? ¿Debe comprometerse más allá de 2014, incluso hasta 2024 (con entrenamiento) como EE.UU. ha firmado recientemente con el Gobierno afgano? 

He aquí 5 razones para permanecer en Afganistán (con EE.UU. del demócrata Obama) antes de que la demagogia empiece a imperar en el Congreso de los Diputados cuando Hollande anuncie una pseudoretirada o retirada a lo Zapatero de sus 3.000 hombres, si finalmente cumple su promesa (cosa que dudo).

¿Y España? El ministro Pedro Morenés sigue el mantra marcado por la OTAN en la misión ISAF: “In together, out together”.

Vaya por delante que razones hay de peso también para la retirada: corrupción afgana, crisis económica en Europa, el tiempo del lado del talibán que solo espera su oportunidad, el caos paquistaní sin atisbo de resolución, España debe centrar sus esfuerzos de seguridad en el Mediterráneo y zona del Sahel, etc. 

Pero entre la vía Hollande y la vía Obama, hay diferencias de peso y de lealtad para el resto de aliados. Por ello hay razones para permanecer aún en AFGANISTÁN, con un plan de retirada, que garantice la seguridad del repliegue inicial, con dos años y medio por delante y luego asistir a las fuerzas afganas, si así se cree conveniente:

1. El aliado: EE.UU. y la OTAN. Afganistán es la guerra del siglo XXI de EE.UU. Comenzó tras el 11-S y diez años después aún se libra. Las misiones en el exterior son monedas de cambio para fraguar alianzas estratégicas. Si EE.UU. tiene que ofrecer algo a España (e imaginamos que es mucho)… hay que arrimar el hombro donde se nos requiere. Como aliados leales, pero no por ello seguidistas, sino defendiendo nuestros intereses estratégicos. Además, España es un país OTAN, “Juntos entramos, juntos salimos”. Pertecener a este club implica responsabilidades. 

2. El tiempo: solo 2 años más de ISAF y después… lo que se pacte en Chicago. A la misión actual de la OTAN (ISAF) le queda dos años y medio. Periodo en el cual habrá un repliegue progresivo de los 1.480 militares españoles. ¿Qué sentido tiene adelantar abruptamente los plazos? Solo serviría para generar desconfianza una vez más. España gastó esa bala en Irak (da igual que sea demócrata o republicano, el inquilino de la Casa Blanca siempre apunta la matrícula).

3. La seguridad internacional: “España se defiende aquí y allí”, que dijera el ministro Pedro Morenés (en la imagen en su última visita a Afganistán) en su primera visita a las tropas el pasado mes de enero. Desde Afganistán se fraguó el 11-S, se impulsó Al Qaida, se hizo fuerte Bin Laden… nunca más tiene que suceder. Para ello es vital la misión de inteligencia y vigilancia y de entrenamiento de las fuerzas afganas post-2014. 

4. Los afganos: “No nos abandonéis”. Ok, ok. La democracia a la Occidental es imposible en Afganistán. IMPOSIBLE acercarse si quiera a baremos del siglo XIX. No obstante, se han hecho progresos en la población -educación y mujeres fundamentalmente- que merecen ser conservados. Al menos, cuanto más tiempo perduren mejor, aunque solo sea por la memoria de los militares fallecidos en la misión: 98 en el caso español, el último el sargento Moya Espejo, 2.996 en total internacional.

5. El problema regional. El problema de siglos de Afganistán es también el de Pakistán, la India, Irán, China… una región epicentro de la proliferación nuclear hoy día. Dejar abandonado Afganistán implica también dejar un vacío regional que no interesa a Occidente. 

Mencionadas las cinco razones -repetir quiero que igualmente hay argumentos en contra de peso-, la comunidad internacional deberá buscar en la próxima Cumbre de Chicago de la OTAN una solución intermedia para que al menos en Afganistán no vuelvan a producirse las condiciones que propiciaron el fenómeno Al Qaida (por la parte que nos toca), no arrojar a los afganos de nuevo a la suerte del Mulá Omar y que todo ello salga lo más barato posible. 

 

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Esteban Villarejo el

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