Todos los que me conocéis sabéis de mi pasión por el vino. Y como no podía ser de otra manera, una crema que se llama “Premier Cru” ha acaparado toda mi atención.
Premier Cru es una clasificación de los vinos bordeleses que viene de la Exposición Universal de París de 1855, a petición de Napoleón III. El alcalde de Burdeos y propietario de las bodegas Smith Haut Lafitte decidió clasificar los vinos según la reputación de las bodegas y el precio de su producción, que en aquella época guardaba una relación directa con su calidad. Se establecieron así desde premier cru (primera categoría) hasta cinquième cru (quinta categoría).
Sólo 5 bodegas en Francia fueron merecedoras de la denominación Premier Cru: Château Lafitte-Rothschild, Château Latour, Château Margaux, Château Mouton Rothschild y Château Haut-Brion.
Y no se incluyó Château Smith Haut Lafitte porque su dueño no quería ser juez y parte.
Hoy, de sus viñedos sale por fin un Premier Cru, un auténtico Gran Reserva de la cosmética.
De las uvas se han tomado los Polifenoles, unos potentes antioxidantes que forman un escudo para que la piel no sufra los daños de la contaminación, el sol…Además estimulan la microcirculación y ayudan a mantener el ácido hialurónico presente en la dermis para conservar la elasticidad de la piel.
De sus sarmientos procede la savia que brota cuando se tallan (la Viniferina), un elixir anti-manchas que, según la tradición secular, se untaban las jóvenes de la región para atenuar las pecas e iluminar su cutis.
Y de esas mismas cepas se extrae el Resveratrol, que es la defensa natural que tiene la vid para protegerse de las agresiones del medio ambiente. Este activo es considerado por la Facultad de Medicina de Harvard (que no es cualquiera…) como la mejor molécula antiedad existente. ¿Su papel? Estimula las sirtuinas (proteínas de la longevidad) y eso hace que aumente la duración de la vida de las células cutáneas. Y en el caso de Premier Cru, la concentración de cada frasco consigue alargarla un 160%.
Estas tres moléculas “superdotadas”, patentadas por Caudalie, trabajan juntas por primera vez, sinérgicamente, para detener el tiempo en la piel. Los resultados clínicos realizados han demostrado que el suero es capaz de doblar el grosor de la dermis a partir de 6 días de uso; aumentar la síntesis de colágeno tras 10 días; y aclarar las manchas y reafirmar el cutis después de 56 días de uso.
Yo he empezado a aplicármela el jueves (nos la presentaron a la prensa el miércoles), mañana y noche, y todavía no puedo hablaros de sus efectos, pero sí deciros que tiene un aroma y una textura sublimes, que se funde al instante y deja la piel como el terciopelo.
Precio: 89 €, 50 ml. en farmacias y parafarmacias
Ahora, para celebrar que he terminado el post, me voy a tomar una "rejuvenecedora" copa de tinto…
