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Maria D’uol y Oncosmétics, cremas ¡españolas! para pacientes con cáncer

Maria D’uol y Oncosmétics, cremas ¡españolas! para pacientes con cáncer
Teresa de la Cierva el

Me gustaría despedir este Octubre “rosa” con un homenaje a dos firmas españolas, que han volcado sus esfuerzos en la creación de cosméticos dirigidos específicamente a paliar (y prevenir, en algunos casos) los devastadores efectos que la quimio y radioterapia pueden provocar en la piel.

Porque nuestra epidermis, el cuero cabelludo y las uñas son las principales vías de eliminación de los tóxicos de los fármacos administrados en los procesos oncológicos.

Pueden darse picores en la piel, granos dolorosos y bultos purulentos, sensibilidad en el cutis, llagas en la nariz, ojos o boca, inflamación alrededor de las uñas, grietas en la yema de los dedos o en la planta de los pies, descamación, sequedad en los ojos, ampollas en las manos, pérdida del pelo de las cejas y pestañas, además del de la cabeza…

Cuando aparecen estos síntomas, lo habitual es que se administren corticoides, antihistamínicos o cremas con lidocaína.

Pero la farmacóloga María Unceta-Barrenechea Olázar, creadora de la firma Maria D’uol, ha formulado una línea de cosmética oncológica, que puede aliviar estos males, sin efectos secundarios.

 

 

“La idea surgió en 2010 tras recibir una llamada del Hospital Universitario de Álava interesándose por el producto que había aplicado sobre una paciente y que tenía la piel sorprendentemente bien, después de haber padecido un cáncer de mama. Se trataba de mi Bálsamo Reparador (33,90 €, 300 ml.), un producto que ya tenía la firma María D’Uol, y que se reveló como un excelente calmante para estos casos”, me cuenta María.

 

 

Después tuvo que vivir en primera persona los resultados de sus cosméticos, cuando su madre enfermó de cáncer. En esa ocasión, para prevenir los efectos secundarios de la quimioterapia, la propia María aplicaba todos los días en la piel de su madre el ya mencionado Bálsamo Reparador, y además, su Aceite de Pepita de Uva (37,50 €, 75 ml.), y no padeció ningún síntoma en la piel. “No se le pelaron los pies ni las manos, ni le picaba todo el cuerpo, y gracias a eso podía dormir como un bebé”, asegura.

 

 

“Pero vi unas fotos de cuellos, vulvas e incluso testículos quemados por la radioterapia en otros pacientes, y comprendí que no podía pararme en solucionar los problemas de las quimios”, añade.  La radioterapia produce efecto similares a los de una quemadura solar (eritema, manchas, dermitis…) a las 2 o 3 semanas. Y decidió seguir investigando hasta que se topó con el extracto acuoso de la Centella Asiática. “Esta planta cicatrizante, sobre la que los tigres de Sri Lanka se restriegan para curar sus heridas, contenía el principio activo buscado. Y desarrollé la Loción Reparadora (34,50 €, 75 ml.), que tiene un 50% de este activo, frente al 5% que suelen llevar las cremas que lo contienen. Además lo hemos formulado con vaporizador, que evita la necesidad de aplicarlo con las manos, algo importante en estos casos de quemaduras”, narra.

 

 

Continuó con la búsqueda de un activo para la rosácea (“me impactó el acné agresivo que puede producir la quimioterapia en cara y escote”), e identificó tres principios activos que respondían a su exigencia, y nació Beauty Cream (64,50 €, 50 ml.). “Han sido 5 años de investigación con enfermos y personal sanitario, pero ha valido la pena porque esta crema ha salido “airosa” en todos los ensayos clínicos realizados”, asegura.

 

 

(Los productos, que incluyen una protección solar y un gel con color,  se venden en centros de estética, farmacias y la web)

 

Y D’Uol no es la única que ha pensado en estos enfermos. Tres hermanos gallegos -un fotógrafo publicitario, un director comercial y una farmacéutica- han tenido la misma idea (y ganas) de sumarse a esta causa. Los Vázquez Pérez han creado Oncosmétics, con la ayuda de los conocimientos de Andrea, la farmacéutica, que es directora técnico en una empresa de fabricación de cosméticos, y lleva años formulando para muchas firmas conocidas.

“Pero me apetecía hacer algo con un cierto compromiso social”, me comenta. Esto les llevó a investigar las necesidades de este tipo de enfermos, con la intención de ayudarles a sentirse mejor, pero también, a verse mejor. “Queríamos una línea cosmética que fuera más allá de lo que había anteriormente, que no solo aliviara los efectos tóxicos de los fármacos, sino además aportara efectos antiedad, un toque de color, activos novedosos… Nos parece fundamental que la persona sienta la ilusión de verse guapa o guapo cada día, y pensando en esto hemos desarrollado la gama. Y los mensajes tan bonitos que nos llegan de la gente que los está usando, nos da mucha fuerza para seguir adelante con más ganas todavía”, me explica Andrea.

Dos años tardó el team Vazquez Pérez en lanzar Oncosmetics, porque quisieron que, previamente, lo probarán pacientes en tratamiento oncológico. Estos les transmitieron sus opiniones, sensaciones y emociones. Y cuando todas las piezas del puzzle encajaron, sacaron al mercado su marca.

 

 

Sus pilares fundamentales (y lógicos) son un elevado contenido de ingredientes naturales, activos muy calmantes, muy nutritivos, y sin parabenes ni phenoxyethanol como conservantes. Tampoco llevan perfume, parafinas, siliconas, alcoholes y cualquier otro componente que pueda irritar la piel.

Y el plus: incluyen activos antioxidantes, tensores, iluminadores, nutritivos etc..

La línea es un complemento perfecto de la anterior, porque cubre otras necesidades diferentes: Gel de ducha, Crema facial de noche, Crema facial de día y Crema corporal.

Se venden en www.oncosmetics.es, en farmacias y en centros especializados. “Nuestros productos los recomiendan oncólogos y radioterapeutas de un gran número de hospitales importantes”, presumen.

 

Enhorabuena y GRACIAS a estas dos firmas, por su granito (montaña) de arena parar hacer más fácil el difícil proceso de atravesar esta enfermedad.

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