ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Tareas pendientes por Maria C. Orellana

Solo veinte años después

Solo veinte años después
Maria C. Orellana el

 

Mantengo una relación de amor-odio con las redes sociales, sobre todo porque nada es gratis en esta vida. Pero me distrae asomarme a Facebook en ratos vacíos o en la consulta del dentista. Intento restringirlo a un grupo “reducido” de no más de cien conocidos, con quienes intercambio videos que emocionan, que sorprenden o que enfadan. Comparto algunos de mis posts en ABC. Mantengo el contacto con amigas que viven lejos, en Miami, París, Camerún o La Coruña. Y me ha dado alguna satisfacción importante redescubrir a aquel antiguo noviete que me plantó de un día para otro, luciendo avanzado estado de calvicie y enorme barriga cervecera.

Hace unas semanas, por casualidad, encontré en Facebook a mi vieja amiga de la adolescencia a quien conocí cuando, con quince años, acababa de instalarse en Madrid por el nuevo destino de su padre. Le asignaron el pupitre a mi lado, en una clase de 30 que se mostraba francamente hostil a las recién llegadas. En pocas semanas nos hicimos amigas y a partir de entonces, disfrutamos juntas de nuestras primeras copas, nuestras primeras discotecas, nuestros primeros amores. Fuimos a la Universidad (ella económicas, yo ingeniería), votamos por primera vez, nos sacamos el carnet de conducir, organizamos nuestras primeras escapadas de amigas a la playa de Cádiz, nos graduamos, tuvimos nuestro primer empleo, pasamos nuestra primera crisis económica (la del 91), asistimos a las bodas de las amigas, nos casamos nosotras… Y entonces nuestra amistad se desvaneció. Habíamos llegado a otra etapa, con otro decorado, nuevos amigos, primer bebé, responsabilidades laborales, una vida diferente que organizar.

Veinte años después, Facebook organizó nuestro reencuentro: nos saludamos, intercambiamos mensajes, comentamos fotos. Después quedamos en un bar, para ponernos al día sobre todos estos años. Y nos preguntamos cómo entonces sobrevivíamos sin redes sociales, sin WhatsApp, sin smartphones, ni selfies, ni cámaras digitales. Sin contar nuestros pasos diarios ni monitorizar nuestro sueño por la noche. Llegando a los sitios sólo con las indicaciones que nos daban, sin navegador en el coche. Sin redes sociales.

Sólo han pasado veinte años.

“Jo, tía, estás igual…”

 

Otros temas

Tags

Maria C. Orellana el

Entradas más recientes