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¿Una mujer para presidente? raro, raro

¿Una mujer para presidente? raro, raro
Maria C. Orellana el

Cuando voy a la peluquería me gusta que me corte el pelo Menana, porque tiene buena mano y conoce mi estilo. Marroquí de nacimiento, Menana vino a nuestro país con sus padres cuando tenía siete años, así que con casi 40 ya es española; no porque lo diga la nacionalidad de su DNI, sino porque está perfectamente integrada en nuestra sociedad. Aquí se ha casado y ha tenido a su hijo, y desde hace muchos años trabaja como peluquera.

Menana luce una espléndida y cuidadísima melena, que no se cubre ni cuando en verano vuelve a Marruecos a pasar unos días, hecho que mantiene vivas sus raíces magrebíes pero que le reafirma en su idea de seguir viviendo en España. Aunque añora la comida, el paisaje y hasta los burros de su pueblo, no puede renunciar a un estilo de vida occidental que ya ha hecho suyo.

Por comparación, admira las cotas de igualdad que han alcanzado las mujeres en nuestro país, pero le sorprende que en sus más de treinta años en España nunca haya habido una presidenta al frente del gobierno. Le explico: “En realidad, ningún partido con posibilidad real de gobierno ha propuesto a una mujer como cabeza de lista…”

Ella no se mete en política, piensa que aquí hablamos demasiado del asunto, pero me confiesa que siempre ha votado izquierda. Aún así, asegura que votaría al partido que propusiera a una mujer como candidata a la presidencia, aunque fuera el mismísimo PP con Cifuentes o la Vice.

Su afirmación me trae a la memoria el artículo que publiqué la noche electoral del 20 de diciembre, tampoco esta vez, en el que lamentaba que los cuatro partidos principales solo propusieran candidatos varones. Entonces me replicó enardecido un lector, autodeclarado persona “inteligente y sin complejos” -supongo que a diferencia de la autora- afirmando que le importaba un bledo (sic) si le gobernaba un hombre o una mujer, siempre que fuera competente, valiente, inteligente, justo y mirara por el bien del país.

No pongo en duda que quienes nos han presidido en democracia (Suárez, Calvo Sotelo, Felipe González, Aznar, Zapatero, Rajoy) cumplieran esa premisa, así como los candidatos de los partidos mayoritarios que no han llegado a pisar la Moncloa. Pero ¿realmente no ha habido en estos 40 años ninguna mujer que en posesión de esas vitudes mereciera el cargo?

Pido a mis lectores que se pongan por un momento en la situación contraria: imaginen que en toda la democracia solo nos hubieran gobernado féminas. ¿No sería “raro”? ¿no surgirían voces por todas partes clamando el relevo de género, aunque solo fuera por cambiar de perspectiva?

Confieso que no puedo ponerme en esa situación, porque es como imaginarme un burro de los del pueblo de Menana volando por el cielo… y mi imaginación no da para tanto.

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Maria C. Orellana el

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