Vale, lo reconozco, lloré. Se me saltaron las lagrimas cuando el estadio de Anfield cantaba el You’ll never walk alone. Uaaaau, qué emocionante. Y revale, se me saltó alguna lágrima con el I’ll find a Way de Rachel Yamagata que acompañó la muerte de Lucía en Los Serrano. Y entre medias puede ver el episodio de las enanas en House (la enana madre era una de las abogadas del bufete de Leyes de familia). Ven esto los de la asociación que protestó contra Aída y hay que asistirlos.
En fin, voy a la muerte de Lucía (me parto con los homenajes intertextuales). No es que sea fan de Los Serrano (sí de Julia Gutiérrez Caba, claro) pero una serie no es una serie si no tiene su muerte. Por supuesto, está Chanquete. Y Marcial en Médico de familia. Y Xabier Elorriaga en Anillos de oro. Y Tom Jordache en Hombre rico, hombre pobre (es que Falconetti era un hombre muy malo). Y Lady Majorie Bellamy de Arriba y abajo, que palmó en el Titanic (años después, Hazel Bellamy murió de fiebre española).
Y Maggie Channing en Falcon Crest (el anillo que Richard le había regalado se le enganchó en una rejilla de la piscina). Y Tara, la novia de Willow en Buffy. También la novia bombera de la doctora Weaver de Urgencias (no, no me olvido del doctor Greeene). Para acabar, dos menos importantes. Jill Riley en Los Vigilantes de la Playa (se la comió un tiburón, aunque tenía poco donde morder porque pese a ser Miss Mundo, era de las delgadas). Y Ginny Weedon en Picket Fences (se la encontraron en una nevera pero como era Zelda Rubinstein cabía perfectamente). Seguro que hay muchas más que ahora mismo no se me ocurren. Me refiero a muertes de personaje, no a las del personaje porque se ha muerto el actor que lo interpreta, que esa es otra historia.
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