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Blogs Enciende y Vámonos por Rosa Belmonte

Raquel à la plage

Rosa Belmonte el

 

 

Es bueno que Aída Nízar no sepa la audiencia que Supervivientes hizo en su estreno  (27% de cuota de pantalla y cuatro millones de espectadores) porque si no se le subiría más el ego. Si eso fuera posible, claro. Como agitadora oficial y mosca cojonera de la diminuta isla, la vallisoletana ha cumplido objetivos. Y en Telecinco deben de estar encantados, así que pobre Reyes Estévez en su nominación junto a la fiera televisiva, que lo mismo nos quedamos sin ver (al adelgazar) si sería capaz de parecerse más al Nosferatu de Murnau. Todos están unidos contra ella. Es verdad que tanta maldad es un poco sospechosa (y la ternura de Jessica Bueno, un pelín evaharringtoniana) pero la cosa promete. En cualquier caso, antes de que empecemos con la basura, los vómitos y lo mismo de siempre, quizá habría que recordar las palabras de la prima de Paquirrín (la que lo defiende en el plató): “A quien no le guste, que se ponga el Canal Cocina”. Sí, vale, no es un pensamiento de Antoine de Rivarol, pero Supervivientes tampoco es Apostrophes, es entretenimiento, es Telecinco. Quizá habría que adaptar uno de los eslóganes más repetidos de HBO: no es televisión, es Telecinco. Y eso es lo que explica que el reality tuviera tantos momentazos:

 

La música. ¿El exorcista? ¿La profecía? ¿La Novena de Bethoven? ¿Eso que parecían tonos de móvil? Qué eggs. Claro, con el mal rollo que había no iban a poner calypsos de Harry Belafonte. Eso para Beetlejuice.

Jorge Javier Vázquez siendo Jorge Javier Vázquez y no otra cosa u otro Vázquez,   lo que dio a esta edición de Supervivientes un tono de humor permanente que no había tenido antes. A Tony Genil cuando salta del helicóptero: “Ojalá hablemos ahora”.  Y a Raquel Sánchez Silva sobre lo que iba a tardar Rosa: “Que llegue por lo menos para El programa de Ana Rosa“. O a Aída Nízar cuando va a rescatar a Tony y pregunta si hay pirañas: “Las pirañas se han enterado de que iba y se han ido”.  A Rosa Benito, después de la pinta que tenía embarrada: “Porque sabemos que es Rosa Benito porque si no, con ese color de piel, pensaríamos que es Celia Cruz”. Aunque ella le ganó: “¿Celia Cruz? Parezco Carrie”.

Kiko Rivera ganando una prueba física a Reyes Estévez.

Las frases de Aída: “Dios, Alá y Buda son los que no me olvidan” o “Siempre se tiran piedras al árbol cargado de frutos… Está siendo un infierno”.

Tony Genil

Raquel à la plage. La exhibición de natación, los tres modelitos. Y esos brazos. Y esa espalda. Bueno, para eso va al Ársenal a machacarse. Y no olvidamos cuando le subió los pantalones a Tony Genil. 

Gañanes y barro. Entre peleas de barro con chicas y las estatuas humanas que se ponen en la parte de atrás del Hotel Palace en Madrid

La madre de Aída en el plató. Esa mezcla entre Oriana Fallaci y la actriz iraní Shoreh Aghdashloo (la que hacía de primera esposa en House of Saddam) promete. Y mucho.

La panda de los que no son famosos (aunque los famosos tampoco lo sean, caso de Tetiana Delgado). ¿De dónde sacan a esa gente? A ese Diego con camiseta escotada.

 

En fin, mala suerte tuvo Buen Agente al estrenarse a la vez que Supervivientes. Es verdad que Antonio Molero y Malena Arterio parecen el Fiti de Los Serrano y la Belén de Aquí no hay quien viva, pero el arranque no estuvo mal. Y cuando digo arranque digo teaser, que fue brutal, con el cabecero, las esposas, la sorpresa… Y luego hay otra cosa que me gustó mucho, ver a María Isasi en una comedia, que ya está bien de hacer de madre de Mari Luz y alegrías semejantes. De todas maneras, los 1.853.000 espectadores son alentadores. Vamos, que estuvo ahí con la vuelta de Física o Química y sus 1.867.000. Habrá que seguirles la pista. Aunque no veo la necesidad de que Arturo Valls enseñe el culo.

 

Añado la columna que sale publicada hoy, un día después de la entrada del blog, sobre Supervivientes

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