El título no va por las folclóricas del tomate sino por dos de los especímenes que han metido en Gran Hermano. Le estaba dejando un tiempo al programa pero es que desde el primer día están dando guerra. Inma, la que se perfila los labios con rotulador de autógrafos, y Beatriz, la que da lecciones de educación a los demás siendo tan ordinaria como la otra, son dos locomotoras a punto de chocar. Bea les explica cómo dejar los cubiertos ¡porque ha hecho un curso de protocolo! Se dicen cada cosa (vieja amargada, por ejemplo le suelta Inma a Beatriz, que tiene ¡42 años!, aunque lo cierto es que muy mal llevados). Las dos tienen en común la falta de modales y el tinte del pelo. Beatriz ha acabado llamando ‘chonis’ a las que considera interlocutoras no válidas y no tan finas como ella. Señor, si parece que los hubieran sacado a todos de El diario de Patricia o del Penal del Puerto (internos y visitas).
También hay una border line. La tengo en observación. Menos mal que no se ha llevado el violín a la casa.
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