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Blogs Enciende y Vámonos por Rosa Belmonte

Lo que hiere por palabra, por obra, por emisión

Rosa Belmonte el

Nada más empezar, la cosa (las cortinillas, el plató, los colores) tiene todo el aspecto de Saber Vivir y parece que se van a poner a hablar de los tipos de tos. Madame Campos (y hablo del primer programa) sale con chaqueta, como más arregladita (así se parece también a la Roselló). Al día siguiente, camisa blanca. Suelta su exposición de motivos y dice que va a hablar de “aquello que nos interesa, o que pensamos nosotros que nos interesa, que quizá nos equivoquemos”. (En realidad parece pensar: con esto creen los jefes que la mañana se va a arreglar, pero para mí que es un truño). La polémica, el debate, la actualidad “y eso no quiere decir que vaya a ser aburrido…El mayor delito de un programa es aburrir”. Y sigue aclarando que el programa se puede definir más por lo que no van a hacer que por lo que van a hacer: “No vamos a hacer aquellas cosas que creemos que no aportan nada, aquellas cosas que más que unirnos nos desunen, aquellas que hieren por palabra,  por obra, por emisión (sic). No queremos herir, lo mejor es que comencemos….”. O sea, nada de corrillo, corazón, Rociíto… Mejor que se explique.


Larguísimo sumario con imágenes (para que se note que es un programa de televisión y no el debut de Julia Otero en Protagonistas) y primera mesa: Jesús García (el de la bolsa), Pepa Jiménez (que sigue peinándose igual que la jefa), Óscar Modrego (muy crecido; ay, qué cruz de pelos atintinados), Susana Navalón (redactora que ahora da la cara y la melena) y el presidente de Ausbank. Pii, piii, alcance. Conexión desde  Sevilla, donde los gitanos de gatillo fácil. Luego hablan del endeudamiento de los españoles. A las rebajas se van con el hijo de Paco Pérez Abellán (que antes suceseaba con Campos y ahora en La Primera). El hijo se llama Paco Pérez Caballero. Momento inenarrable con una señora que habla tapándose la boca con un pañuelo porque le están arreglando los dientes.  La Campos es superpartidaria de las estirpes (Terelu, Carmen Borrego, Caparrós, Belén Rodríguez, Abellán, la hija de Maika Vergara…). Más tarde, unos cuantos asaltados en Canals con lloros de hombres y todo. Truculento. Y Teresa confiesa que ella con 12 años ha vivido esa experiencia, la de levantarse y descubrir que han entrado en tu casa. No es que los señores entrevistados fueran los truculentos, es que los letreros previos ya daban miedo. Bien es cierto que se trata de un tratamiento del suceso  que no difiere demasiado del de siempre. Cualquiera que haya visto antes los tres programas matinales sabe cómo se las dan con los sucesos. Quizá los letreros tomateros… Pero tampoco son demasiado nuevos. Un poco El Caso, un poco Gente, un poco el Tomate, un poco Nieves Herrero en Alcasser (con todas las distancias, que Campos personalmente es un pedazo de comunicadora). La cosa se aligera con la fotografía de ese gato que nació con un ojo y una de las redactoras del programa recuerda los mitos ciclópeos (y lo repite para que se note que tiene una cultura, oiga). Teresa aligera más con esa noticia de que los bomberos rescatan a una señora atascada en el inodoro (“que no tiene gracia ninguna”). Ya. Por eso lo dices, porque no tiene gracia. Y ya la mesa del debate. Enric Sopena (que unas horas antes había estado en Los Desayunos, y su mujer estaría en 59 segundos), Isabel Durán, Pepe Oneto y Arcadi Espada. Aquí nada nuevo, salvo las referencias a lo que inTeresa y a todas las palabras que comienzan por in. O sea, el programa de siempre pero sin corrillos, corazón… ¿Sin Peñafiel?

Ay, Dios, qué pérdida. Tendremos que seguir echando un vistazo porque esto no puede ser sólo sucesos y actualidad política. De momento sólo ha conseguido mejorar un pelín. Ana Rosa sigue la primera. Hoy tiene al ministro Caldera para empezar, a ver la pasta que va a costar lo de la ayuda a familiares enfermos.


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