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Blogs Enciende y Vámonos por Rosa Belmonte

La vieja de ‘Titanic’

Rosa Belmonte el


Un momento de La pupa e il secchione, que aunque pueda parecerlo no es el ritíliti (en palabras de Chiqui Fernández) más tontaina del momento en Italia: el más mendrugo es Wild West, o sea, como La isla de los famosos pero en el oeste y con caballos. Pero volvamos a La tía buena y el empollón. Imaginemos unos pupitres como los del Un, dos, tres. La pupa, la tía buena (normalmente una Miss de baratilllo), se sienta en la mesa y el listillo (hay que fuck yourself, hay un campeón de crucigramas) detrás, en la silla. A ella le ponen unas fotos enormes de alguien superconocido incluso en España (Pierluigi Colina, Massimo D’Alema o así) y tiene que adivinar quién es. Y normalmente no lo hacen. Además, son de lo más creativas. A una le pusieron a Carlos Marx y antes de rendirse dijo aquello famoso de ‘No, sé, ¿Papá Noel? La semana pasada a otra le cascaron el retrato de Margaret Tatcher y la va tía y se arranca sin pudor: ‘La vieja de Titanic’. Esto no se le habría ocurrido ni a un guionista de media melena de telecomedia española. Y lo mejor, el jurado, donde está Alessandra Mussolini, que monta unos pollos de no te menees, hasta el punto de que los zappings italianos acaban sacándola más a ella cuando consigue sacar a un crítico de arte de sus casillas (que, claro, la llama fascista) que a los propios concursantes. Tampoco se le habría ocurrido lo que una señora que llamó a Saber vivir le dijo a Torreiglesias (supongo que ya lo habrán sacado en un zapping porque fue lo más mundial de la semana pasada, pero es que hasta ahora, sorry, no he podido ponerlo): ‘Le sigo a usted desde que presentaba el programa de las plantas’. Había que ver la cara que se le quedó a don Manuel. ‘¿El programa de las plantas? Me parece que se equivoca, pero no pasa nada.’ ‘Eh… bueno, pues lo sigo a usted desde el principio’. En ningún momento se nombró al padre Mundina. Vivan los guionistas aficionados espontáneos.

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