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Blogs Enciende y Vámonos por Rosa Belmonte

En realidad, queréis nuestros pepinos

Rosa Belmonte el

Qué pena me dan los padres de Libertad Vigilada, lo nuevo de Antena 3. Los 14 padres de los catorce concursantes de reality, que son los que nominan a los chiquillos, aunque ellos, los nenes, no lo sepan. Con la F. A ver. Zorras, zafios, zopencos… Todo eso y más. ‘Vais a ir a una isla de ensueño: Fuerteventura’, suelta Toñi Moreno, la presentadora (ex María Teresa Campos). Eso mismo debió de ser lo que le dijo Primo de Rivera a Unamuno. Bien, lo que hizo Unamuno en su destierro y lo que hacen estos 7 chicos y 7 chicas me da la impresión de que no tiene nada que ver. Cortados por el mismo patrón estético (y me temo que ético) de Zeppelin, lo primero que destacan son las tetazas de Cristina (comentario de uno de los tíos: ‘Sí, esa que tiene de pecho una 100 y se pone una 85 de biquini’). La presentación de las hembras a los machos fue en una playa. Uno a uno (‘Oye, vas empalmao ya, c*ab*ron’, se oía por detrás de los encuentros). Era como aquella escena de Emilio Aragón en Ni en vivo ni en directo, sólo que en Libertad Vigilada sí se producía un encuentro normal. Como esto tiene la pinta de Confianza Ciega hay mucho zorrerío de atrezzo. Una fiesta asiática, por ejemplo, que consiste en que todas las tías cogen a uno de los maromos, lo dejan en calzoncillos (qué remesa, qué modelos, por Dios) y le pasan (y meten) cubitos. Y le hacen cosquillas con una pluma. Hubo un primero que se dejó. Cuando llegó el segundo, ya avisado, la cosa se puso fea. Él ya había dado muestras de su carácter: ‘Las tías hacen lo que les sale del c*o*ñ*o y a ellas no se las puede tocar’.  ‘Si me tocan con un palo les toco yo con un palo el c*o*ñ*o’.  Pues allí que se tumba el tío (Sergio) con mala cara y perfectamente depilado (hasta los sobacos, tú). Cuando después de jueguecitos le tiran dos cubitos a la entrepierna (a los webos) se levanta y se va. Y entonces empieza a largar. ‘Son unas guarras’. ‘Les voy a meter hielo yo en el … (ya saben)’. Y al micrófono: ‘Si sale esto en la tele me voy’. Y sigue: ‘Las voy a maltratar psicológicamente’. A mí me parece todo muy bien. Y las tías serán lo que sean. Guarras o llámalas x (o S). ¿Pero para qué demonios te metes en un tinglado semejante, so tarugo, si no piensas entrar al trapo? El tío es lo peor de lo peor. Y el pobre padre, defendiéndolo y defendiéndose de las madres de las chicas (que decían estar asustadas por el macho ibérico). Luego compitió con otro de los bípedos a ver quién aguantaba más bebiendo (que digo yo que esto es en lo que se entretenía Unamuno). El otro, Javier (un gilipollín con muchos pelos en el sobaco y en las piernas) sucumbió después de 12 cervezas y 6 cubalibres, para escándalo de su madre. ‘Yo vengo aquí a desfasarme, con control’, explicaba. Lo de control debe de ser con mayúscula, es decir, marca de preservativos. El tío vomitaba en la cama y una de las chicas le puso una bolsa. En la cabeza tendría que habérsela puesto. Luego se quedó frito y entonces los demás lo llenaron de espuma de afeitar. Cuando se recupera, ataca Sergio de nuevo. ‘¿Queréis reírse (sic) de verdad. Ya veréis cuando salga de la ducha. No sabéis lo que resbala el cuarto de baño’ (y se ve al cenutrio, mientras el otro se ducha, regando el suelo de polvos de talco). Me troncho. Se ve que la broma no surtió efecto porque nada se vio. Más tarde, y ya como anuncio para la próxima semana, llegarían los stripteases. Imágenes digitalizadas nos escamotearon las partes de detrás y de delante de los dos exhibicionistas (a los padres no se las digitalizaron, a tenor de las caras). Se tiran a la piscina ya desnudos los dos que lo enseñan todo y gritan a las tipas (una también se despelotó): “En realidad queréis nuestros pepinos”. “Yo diría que son unos sinvergüenzas”, clamaba la madre de una de las mozas. Y uno de los padres, cuando quieren mostrarles otras imágenes similares se levanta y se va. Para la próxima semana han dejado lo gordo, parece. Acabaron con una frase muy famosa: “Sólo puede quedar uno”. Por mí que no quede ninguno. Lo que me hace gracia es que digitalicen culos y lo que rima con ollas mientras disfrutamos sin censura de esta sana juventud. Moralismo aparte (que me toca mucho las narices), la cosa promete (aunque no hay quien aguante entero semejante programa). La parte de los padres, la mejor.

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