En Telecinco andan buscando presentador para lo que al principio iba a ser La tarde de Laura (Bozzo, no va a ser Valenzuela). A la cadena no le parece que la peruana amiga de Montesinos encaje en su nómina de rostros (caras y rostros, esas expresiones con doble sentido). A la productora (Mandarina, o sea, la misma de El buscador y Sábado Dolce Vita, la pareja diabólica) sí se lo parecía, por supuesto. Pero la cordura ha descendido de las altas esferas, alabado sea Telecinco. Es que si se traen a la Bozzo, que se traigan también a Walter Mercado, que lleva unas túnicas muy chulas (hablando de adivinos, atención al final del artículo de Vertele, donde he leído esta noticia).
Si no encuentran nada que les vaya bien podían intentarlo con Javier, el concursante de Money, Money, el estreno de ayer de Cuatro (digo el de ayer porque llevan un ritmo bestial: La noche americana, Naturalistas, Gran Slam…). El tío habló más que el presentador. Claro, que es gordo, bajo y con perilla y lo mismo tampoco encaja en la nómina ésa. Era como si hubieran puesto a Salvador Martín Mateo a concursar (juego de manos incluido). O a Ramón el charlatán. Le hacían una pregunta y en lugar de responder (a veces era sí o no) daba un tema de oposición. Yo soy el presentador y le doy con un mazo. Por ejemplo, “¿Son siete los brazos de un pulpo?”, que la pregunta tiene pelotillas. Y Javier (aproximadamente): “Bueno, yo no me acuerdo exactamente de cuántas patas tiene pero lo que no me cuadra es el siete porque es un número impar, ¿vale?, y no tiene sentido que los animales tengan patas en número impar, pero no estoy seguro de si tiene seis u ocho. Voy a decir que no”. En ese momento yo estaba apretándome la soga al cuello. Pero tío, ¿es que no has oído nunca hablar de Octopussy?, aparte de lo obvio de la cosa.
Otra pregunta: “¿A quién se debe Coco de Barrio Sésamo?”. Y el tío plomo: “Bien, no lo sé, pero Coco es una marioneta, ¿vale?, y el más famoso creador de marionetas es Jim Henson, aunque yo no sé si Jim Henson tiene algo que ver con Barrio Sésamo (este es el momento en que yo me estaba intentando perforar las venas con un abrelatas automático), pero me voy a arriesgar y a decir Jim Henson”. De verdad que el resto del concurso fue eclipsado por Javier. La puesta en escena o las bailarinas y bailarines de nombre Patri, Leti, Piluca, Paqui, Lis o Alexei (éstos estaban colocados como en un panel tipo VIP con jaulas/escenarios en lugar de casillas y después de cada respuesta, no habiendo muerto de aburrimiento, se pegaban un baile y desplegaban una cifra). También fue eclipsado el presentador, Josep Lobató. Hombre, si hubiera sido William Shatner no le habría pasado.
Al capitán Kirk, en esa moda usanita de programar concursos para los buenos horarios y de contratar actores de televisión (Bob Saget, el padre forzoso de verdad en 1 vs 100) lo engancharon para la versión estadounidense. (No me resisto a recordar cuando en la sexta temporada de Las Chicas Gilmore, Lorelai, cuidando al demonio de Tasmania que es la hija de Christopher, está viendo con ella Padres forzosos. Dice Lorelai: “¿Sabes?, ahí las gemelas Olsen pesaban más que ahora”.) Vuelvo a lo mío. Show me the money, título jerrymaguireano original de Money, Money (que es título más español), duró cinco puestas, razón por la que deben de haberlo traído aquí. Prescindible del todo. Y sin los chalecos de Shatner, que tenían su aquel (los bailes eran inenarrables). Shatner se fue por donde había venido. O sea, de vuelta (no lo dejó) a su estupendo Denny Crane de Boston Legal (aunque mi favorito de los chicos en la serie es el afectado de James Spader). Que para ver Money, Money (una y no más) me quedo con Las Vegas.
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