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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

“Ineptocracia”, populismo y ¿extrema derecha?

José Manuel Otero Lastres el

Hasta ahora la extrema derecha, con presencia creciente en Europa, no tiene fuerza en España y no está representada en nuestras Cortes Generales. Pero, como se razona a continuación, los nefastos efectos de la “ineptocracia” pueden provocar que dicho movimiento político logre ocupar escaños en nuestras instituciones democráticas. Veamos en qué fundamento este temor.

El pasado 6 de agosto escribí por primera vez en este blog sobre la “ineptocracia”, palabra de origen francés (“inaptocratie” o “ineptocratie”) –decía entonces- que viene usándose en Francia desde comienzos de este década con el siguiente significado: “sistema de gobierno en el que los menos capaces de gobernar son elegidos por los menos capaces de producir y en el que los otros miembros de la sociedad menos aptos para procurarse su sustento son obsequiados con bienes y servicios pagados con los impuestos confiscatorios sobre el trabajo y la riqueza  de unos productores en número descendente”.

Apenas un mes más tarde, en la reflexión del 10 de septiembre, volví sobre esta idea y añadí: “Desgraciadamente, haciendo uso del instrumento de la moción de censura prevista en el artículo 113 de la Constitución, los diputados que representan la mayoría de escaños en el Congreso de los Diputados nos han arrojado en manos de la “ineptocracia”. Y ello porque, como agregaba entonces: “En la moción de censura, la mayoría parlamentaria, integrada por los menos capaces de producir, eligió presidente del gobierno al menos capaz de gobernar y, desde entonces, los miembros menos aptos de la sociedad para procurarse su propio sustento están siendo obsequiados por un gobierno dadivoso y despilfarrador con bienes y servicios pagados con los impuestos confiscatorios sobre el trabajo de los cada vez más menguantes creadores de riqueza”. Y concluía “Por eso, y además de todo lo que he escrito últimamente sobre el peligro de la “ineptocracia” que nos gobierna, añado ahora que, si le damos tiempo, conseguirá deteriorar seriamente el Estado de Bienestar que habíamos empezado a reconstruir los españoles tras no pocos sacrificios”.

Pues bien, los hechos demuestran que mi diagnóstico de entonces no era desacertado, y solo dos meses después empiezan a confirmarse mis temores. Y es que a día de hoy, la política del actual gobierno, con la cada vez más creciente influencia del “Podemismo-ineptócrata”, lleva deslizándose por una pendiente de demagogia tan inclinada que estamos sumergidos de lleno en el populismo. El reciente desmadre con el pago del impuesto de las escrituras de los préstamos hipotecarios que ha llevado, de un lado, al Presidente del Gobierno a criticar al Poder Judicial, y de otro a Podemos (fuerza política cogobernante) a incitar al pueblo a manifestarse contra el Tribunal Supremo, es un claro ejemplo de la política populista con enfrentamiento entre poderes del Estado fomentada desde el poder y sus aledaños.

Los hechos están demostrando, pues, que la actual ineptocracia del gobierno del PSOEMOS no solo nos ha situado en el populismo, sino, lo que es peor, puede provocar el agotamiento de la cada vez más reducida clase productiva. Una foto a día de hoy refleja que la clase política en el poder, constituida por los más ineptos, solo se ve capaz de llevar a cabo una política de depredación impositiva para aumentar el ya elevado números de los invitados improductivos al festín despilfarrador del “subvencionismo”.

Y claro esta especie de saqueo en el actual Estado del Bienestar seguramente provocará una reacción de autodefensa que va a extenderse a las clases que aún siendo populares son también productivas, lo cual amenaza con generar en España un crecimiento, hasta ahora inexistente, de los movimientos de extrema derecha.

Por eso, creo que los analistas políticos españoles, en lugar de limitarse a denunciar el crecimiento de los movimientos de extrema derecha en los países desarrollados, deberían centrarse en valorar la posibilidad de que este fenómeno llegue a España. Mi particular visión del problema me lleva a sostener que estamos inmersos en un tránsito sucesivo -y parece que imparable- que, desde la “meritocrácia-Estado del bienestar”, nos está llevando hacia la “ineptocracia-populismo”; y tengo para mí que, si no logramos evitarlo, desde ahí no tardará en arrojarnos hacia la “extrema derecha-autocracia”.

Como ha declaro Felipe González con su habitual acierto en el Foro Iberoamérica “hay algunos gobernantes de algunos estados que llegan por el voto y deciden gobernar por la botas. A veces las botas militares, y otras, las simbólicas, las botas de someter al poder judicial y anular el poder del Parlamento y de gobernar con la represión, la persecución. Este es el ejemplo de Venezuela”.

¡Ojalá que en España no sea tarde, que estemos aún a tiempo de detener que el populismo (PSOEMOS) llegue al poder por los votos con lo que lograremos evitar el riego de que llegue de nuevo la autocracia de las botas militares o, en versión moderna, que es la de las botas simbólicas!

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