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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

¿Quién paga la estancia en el extranjero de los prófugos sediciosos?

José Manuel Otero Lastres el

Desde luego, el “procés catalá” tuvo que tener un gran éxito económico porque con sus nutridos fondos (aunque no conozcamos bien su origen) se financiaron dos “farsareferéndums”, el del 9 Noviembre de 2014 y el del pasado 1 de octubre de 2017. Y por si esto no fuera suficientes para acreditar lo que antecede, el transcurso del post independentismo ha puesto de manifiesto que Puigdemont cuenta con recursos dinerarios suficientes no solo para contratar a reputados abogados belgas (que no deben ser baratos), sino también para vivir, primero, de hotel y ahora pagar el alquiler de una amplia mansión en Waterloo para él y su séquito.

Pero, por si lo anterior todavía no probara lo que afirmo, ahora otra sediciosa, Anna Gabriel, representante de la CUP en la pasada legislatura, tras contratar a unos abogados suizos (que se supone que tampoco son baratos), ha decidido quedarse a vivir en Suiza, país que, como todo el mundo sabe, no es de los baratos, sino más bien de los caros.

Podría pensarse que la propia Anna Gabriel tiene fondos suficientes para pagarse sus letrados y para poder fijar su residencia por tiempo indefinido en Suiza. Pero los datos que publica la propia  Web de la CUP sobre su situación patrimonial hacen pensar que eso no es posible.

En efecto, según esos datos, Anna Gabriel cobraba unos 5.800 euros netos cada mes como diputada, de los cuales parece que donaba a su formación política alrededor de 4.000 euros al mes, de tal suerte que su sueldo neto habría ascendido, en 2016, a 1.400 euros de media. Por otra parte, en la declaración de bienes que hizo cuando entró en el Parlament hizo constar que poseía 25.000 euros en varias cuentas y depósitos, así como un Volkswagen Polo. Lo cual permite concluir que posee un patrimonio escaso para costearse la estancia en uno de los países más caros de Europa.

La aplicación del artículo 155 ha otorgado al gobierno de la Nación una potente linterna para escudriñar a fondo las cuentas del independentismo. El silencio que rodea a este asunto hace pensar, sin embargo, que estamos ante un tema tabú. Es como si fuera de “mala educación” hablar de los dineros de la política. Pero es indiscutible que la ciudadanía tiene derecho a saber a dónde ha ido el importe de sus impuestos, razón por la cual reclamo desde aquí que se nos aclaren las cuentas, y que investiguen hasta donde se pueda la cuantía  y el origen de los fondos de la sedición.

Mientras no se determine lo que aquí denuncio pensaré que los dos “valientes” y “comprometidos defensores” del “procés catalá”, primero Puigdemont y ahora Anna Gabriel, están viviendo, fugados de la justicia, en dos países realmente caros a costa del dinero de todos los españoles.

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