Veo en La Voz de Galicia de hoy una foto de un grupo de Chefs, todos hombres excepto una mujer, que me proporciona la ocasión para reflejar un pensamiento muy certero que le oí a una mujer. Su reflexión fue más o menos así. Cuando era la mujer la que se dedicaba a la cocina, el trabajo apenas era relevante y a quienes se dedicaban a él se les llamaba sin más cocineras. Desde que han entrado los hombres en tan noble oficio, cocinar se elevó a la categoría de arte, el cocinero ha pasado a ser Chef y el oficio se denomina “restauración”.
Y es que el varón, como escribí alguna vez, es una especie de pavo real que vive contemplándose, encantado de conocerse y sin preocuparse grandemente de todo lo que lo rodea. Por eso, es tan fácil que caiga en la adulación. La mejor manera de conseguir que haga algo es alabar sin límites lo que hace. Pero eso sí, los halagos no pueden quedarse de puertas para adentro, tienen que ir respaldados por un reconocimiento externo que haga visible ante los demás sus impresionantes logros. No basta, pues, decirle que cocina bien. Si solo es eso lo que se destaca, lo más que se conseguirá es que se dedique a la cocina ocasionalmente. Hay que ensalzar hasta tal punto su predisposición que elevemos sus obras al nivel del arte: nada más y nada menos que “arte culinario”.
Imagino que, mientras tanto, las mujeres estarán esbozando una sonrisa socarrona y no solo no permanecerán calladas ante tamaño ensalzamiento, sino que incluso participarán en él alabando sin reservas, aunque internamente sorprendidas, que los varones hayan elevado a los altares la actividad que ellas venían realizando desde siempre.
No puedo finalizar este brevísimo comentario sin subrayar que, como comensal, me felicito por este nuevo logro de mis congéneres. Es verdad que para llegar a llamar la atención sobre su arte han tenido que deconstruir platos tradicionales, reducir extraordinariamente las raciones y “emplatar” sus creaciones con la estética propia de las obras plásticas. Pero también lo es que han incorporado nuevas técnicas al oficio de la cocina, así como sabores desconocidos que han aumentando nuestra capacidad de elección en el ámbito culinario.
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