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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

¿Es “extraño” el liderazgo de Rajoy?

José Manuel Otero Lastres el

En la versión digital de El País, Javier Moreno Luzón, catedrático de Historia en la Universidad Complutense, ha escrito una Tribuna, titulada “El extraño liderazgo de Rajoy”, en la que afirma sobre este político: “Esto es lo que tenemos en España: el liderazgo extraño, ni transformador ni transaccional, de un persona cuya mediocridad abochorna a cualquiera”. Y añade al final de su reflexión “podemos vivir sin un líder carismático que nos ilusione o nos subyugue, pero nos merecemos otra cosa. O no”.

Disiento de este parecer -y adelanto parte de mis discrepancias-, porque siendo yo uno de esos “cualquiera” a los que se refiere el profesor Moreno, no tengo a Mariano Rajoy por mediocre (“de poco mérito, tirando a malo”) y, desde luego, su figura política no me causa vergüenza ni turbación.

El autor de la Tribuna no parece discutir, en un primer momento de su reflexión, el liderazgo de Mariano Rajoy. Dice Moreno que “el liderazgo de un político  depende siempre de lo que piensan sus seguidores y, más allá, de las impresiones de la ciudadanía en general, sobre todo cuando se trata de alguien que actúa en una democracia y no se impone por la fuerza”.

Y es que si tenemos en cuenta que en las tres últimas elecciones generales a las que se presentó Mariano Rajoy resultó el candidato más votado (en 2011: 10.830.693 electores, en 2015: 7.215.752 y en 2016: 7.906.185) carecería del más mínimo rigor afirmar que Rajoy no tiene condición de líder. Lo que parece descolocar la lúcida mente del profesor Moreno es que siendo Mariano Rajoy un político tan votado resulte poco valorado por la ciudadanía en las encuestas del CIS.

De esa aparente contradicción entre ser el más votado y al mismo tiempo poco valorado deduce dicho profesor que Rajoy pertenecería a un tercer tipo de líder, que “sin carisma y sin especiales dotes como gestor, demuestra en cambio una gran habilidad para seguir al mando. Aunque, más que un líder, se trataría de un mero dirigente, con poder pero sin autoridad”.

Esta afirmación del profesor contradice lo que afirma en el reproducido pasaje de su artículo en el que sostiene que el liderazgo de un político que actúa en democracia depende de las impresiones de la ciudadanía, lo cual lo había llevado, aunque fuese a regañadientes, a reconocerle a Rajoy la condición de líder. Pero como opina que Mariano Rajoy no es un líder transformador (jefe carismático) ni transaccional (político pragmático), entonces tiene que inventarse un tercer tipo de “líder” (el “líder no líder”) que sería un mero dirigente con poder pero si autoridad. ¿En qué quedamos, profesor, es un líder reconocido electoralmente aunque sea extraño o solo un mero dirigente con poder pero sin autoridad?

Con todo, lo que me parece falto de la más mínima objetividad es que califique a Rajoy como una persona de una “mediocridad que abochorna a cualquiera”. ¿Puede usted, profesor, ofrecernos pruebas de que es mejor que él? ¿Si Mariano Rajoy es, a su juicio, una persona de poco mérito, tirando a malo, cómo se califica usted? Yo hasta hoy no sabía nada de usted y lo único que puede decirle es que ojalá que hubiera muchos españoles que tuvieran un currículum como el de Mariano Rajoy, ¡nos saldríamos del mapa! Pero por desgracia no es así, ni mucho menos.

Por último, lo que considero una verdadera boutade, impropia del rigor que se supone a todo profesor universitario, es que, además de atreverse a afirmar que “cualquiera” debe sentirse abochornado por la mediocridad de Rajoy, sostenga que “nos merecemos otra cosa”. ¿Tal vez a alguien como usted? Pues anímese e inténtelo, tal vez por su modestia nos estamos perdiendo los españoles al líder carismático y subyugante que tanto parece usted echar en falta. 

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