El próximo domingo, 24 de mayo, el bipartidismo tiene cita en el médico. Parece que no llega en buen estado de salud. Los que se cruzan a diario con él, periodistas y encuestadores, le ven mala cara y la interpretan como un síntoma revelador de una dolencia preocupante.
El bipartidismo, como su propio nombre indicada, se compone de dos formaciones políticas, el PP y el PSOE, y aunque, en conjunto, es lo que se va a someter al chequeo lectoral, lo cierto es que cada uno de esos dos cuerpos presenta su propio estado de salud. Con esto se quiere decir que si bien el bipartidismo como sistema de estabilidad electoral es el que va a ser sometido a examen, en la evaluación de conjunto influirá decisivamente el estado de salud de los dos partidos mayoritarios.
Las encuestas, con todas las salvedades que arrojan los avances de resultados, pronostican un mejor estado de salud para el PP que para el PSOE. Todas las consultas parecen indicar que el PP seguirá siendo la fuerza más votada, aunque hoy por hoy existe la impresión de que perderá un número relevante de votos.
Lo cual significa que, a pesar del desgaste habitual del ejercicio del poder, que tuvo en este caso la particularidad ser llevado a cabo en una situación de crisis económica de gran profundidad, no parece haber sido dañada en exceso la excelente salud electoral que tuvo el PP en las anteriores elecciones municipales, autonómicas y generales.
Cuestión distinta es la salud que parece reflejar el PSOE. Por mucho ánimo que le pongan sus candidatos y a pesar de las reiteradas proclamas de una próxima victoria electoral, los datos que se van avanzando indican que no solo no ha recuperado su salud, sino que parece que ha empeorado.
Por eso, si el chequeo del día 24 revela que el bipartidismo ha fenecido, aunque los dos partidos hayan puesto en riesgo su salud, y cada uno haya cedido una parte de su electorado a una nueva fuerza emergente, no es arriesgado aventurar que va a ser mayor el trasvase de votos del PSOE a otras fuerzas emergentes de izquierdas que el del PP a Ciudadanos.
Pero si el próximo 24 se vuelva a confirmar el bipartidismo habrá que agradecer a las nuevas fuerzas emergentes que hayan hecho poner las pilas a los dos partidos mayoritarios. Lo cual redundará en una gestión más acertada durante los próximos cuatro años de los intereses de la ciudadanía
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