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Los desvarios de Nicolás Maduro

José Manuel Otero Lastres el

El ABC de ayer se hacía eco de la obsesión que tiene Nicolás Maduro con Mariano Rajoy al que se refirió esta vez como el “presidente franquista” de España. Desde luego, si el presidente de Venezuela conoce la realidad de su país como la política española compadezco a los venezolanos. Porque de nuestro Presidente del Gobierno pueden decirse cosas, como de todos nosotros, pero no tildarlo de franquista.

Y es que quien conozca mínimamente la vida política de Mariano Rajoy sabe perfectamente que nunca ocupó cargo alguno durante la dictadura de Franco y que se incorporó a la actividad política en plena democracia. Por lo tanto, no se entiende muy bien qué fue lo que quiso decir el señor Maduro.

Es posible que con la indicada frase quisiera contraponer la pertenencia de Mariano Rajoy a un gobierno de “derechas” con el enorme prestigio que le da a él su adscripción al populismo. Si esto fue lo que quiso decir, tengo para mí que el supuesto reproche contra Rajoy se vuelve como un boomerang contra el señor Maduro, porque nadie duda de que Mariano Rajoy es presidente de un gobierno planamente constitucional de un país, España, del que nadie duda que es una Nación democrática. En cambio, el señor Maduro no deja de ser un dictadorzuelo fanfarrón de un maravilloso país que se desliza por desgracia a pasos agigantados por el peligroso tobogán de la autocracia. Y creo que no exagero si digo que nadie que estén en sus cabales puede desconocer que España siendo menos rica que Venezuela está mejor económicamente.

Es posible que llamar franquista a Rajoy, o las bravatas que lanza contra EEUU, ayuden a Nicolás Maduro a mejorar su imagen interna entre las clases menos instruidas de su país. Pero a una Nación como España, que ya abandonó afortunadamente hace muchos años la fase de los “enemigos exteriores” (las famosas conspiraciones judeo-masónicas), frases como esas no dejan de producirle sonrojo. Y hasta es posible que sean muchos los españoles que se lamenten por lo injustamente que está sufriendo ese país hermano –o, al menos, una buena parte de sus ciudadanos- gracias a genios de la política como el señor Maduro.

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