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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

Piratas y parásitos

José Manuel Otero Lastres el

Como es sabido, las obras creadas por el ser humano tienen un elemento intelectual y otro sensible al que se incorpora aquel primer elemento para hacerlo aprehensible por los sentidos. Mientras está en la mente del creador, la obra no es más que una idea. Pero cuando la abandona y se hace perceptible, la obra se convierte en una realidad fijada en un soporte que puede ser comunicada a la generalidad de los ciudadanos.

De lo que antecede se desprende que para el público, en tanto que  destinario final de las creaciones, lo determinante es el soporte sensible en el que toma cuerpo la idea creadora. Esta posibilidad de fijar el lado intelectual de la obra plasmándolo en una realidad perceptible por los sentidos permite la perdurabilidad de la creación más allá de la propia vida de su autor. Dicho en otras palabras, la obra puede ser perennemente disfrutada por los ciudadanos por la propia durabilidad del soporte en el que se hace sensible.

Por lo tanto, si tenemos que estar eternamente agradecidos a todos los creadores que nos han proporcionado momentos de gozo y de deleite con sus obras, no debe ser menor nuestra gratitud respecto de aquellos otros que han hecho posible su disfrute permanente.

Pienso en todos aquellos seres anónimos que pusieron a disposición de los autores los lienzos, los materiales para ser esculpidos, los aparatos para grabar y reproducir las obras musicales, los libros de papel y electrónicos, etc. Sin los autores no habría obras, pero sin los “suministradores” de soportes sensibles no podríamos disfrutarlas perennemente.

Como sujeto que disfruta enormemente de los bienes de interés cultural que son las obras del espíritu, muestro mi más sincera gratitud a todos los que han hecho y hacen que pueda experimentar el gozo intelectual de percibirlas. Y por esta razón, rechazo con toda mi energía la indeseable e inadmisible actividad de los “saqueadores” de las obras ajenas en perjuicio de todos los que nos permiten disfrutarlas. Los que piratean las obras ajenas para obtener un beneficio a cambio de nada son auténticos parásitos que viven de los demás sin hacer aportación alguna a la ciudadanía.

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José Manuel Otero Lastres el

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