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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

La visita a Santiago de Angela Merkel y Pedro Sánchez

José Manuel Otero Lastres el

Un líder de la oposición no puede permanecer inactivo ante un acontecimiento político relevante como es el encuentro en Santiago de Compostela entre Angela Merkel y Mariano Rajoy. Si lo hiciera, dejaría todo el espacio mediático a su principal rival político, lo cual supondría para su formación un doble quebranto: no salir en ese momento para nada en los medios y que solo aparezca en ellos  el líder del partido en el gobierno.

Con este planteamiento, comprendo que desde el punto de vista de la estrategia política, Pedro Sánchez hiciera lo posible por atraer la atención en los días inmediatamente anteriores a la vista y durante el encuentro, para, como se dice vulgarmente, “chupar cámara”.

En los días previos, el Secretario General del PSOE se trasladó a Santiago para proponer a Merkel y a Rajoy en el lugar mismo de la reunión “un decálogo” para alcanzar un pacto europeo sobre la competitividad. Entre la medidas propuestas había alguna novedosa como es la de depreciar el euro, sobre cuya conveniencia no me atrevo a juzgar por falta de conocimiento. Pero desde el punto de vista de táctica política, la iniciativa de Pedro Sánchez me parece acertada porque hizo “ruido mediático”.

Otra cosa es cómo hay que valorar su intervención durante el encuentro de los dos máximos representantes de los gobiernos de Alemania y España. En ese momento, creo que habría que abandonar la posición partidista y enfundarse la vestidura de estadista.

Por eso, las declaraciones de aconsejar a Mariano Rajoy que “no se preocupe por colocar al Ministro de Economía, Luis de Guindos, sino por poner a trabajar a todas las instituciones para crear empleo para todos”, me parecen desafortunadas y sofísticas. Lo primero, porque es bueno para España tener un representante en los organismo europeos, como en su momento los hubo del PSOE. Y lo segundo porque parte de la premisa de que los dos dirigentes no “están poniendo a trabajar a todas las instituciones europeas para crear empleo para todos”. ¿En qué se basa Pedro Sánchez para dar por sentada esta afirmación?

Finalmente, tampoco me parece acertado criticar a los dos dirigentes acusándolos de “autocomplacencia”. Y ello por dos razones. La primera es que en épocas anteriores, cuando gobernaba el PSOE, hubo autocomplacencia, pero cuando las cosas iban mal y tratando de negar con ella que lo fueran. Y la segunda, porque la dirigente alemana ha venido a decir que ahora las cosas van mejor y, por tanto, actualmente tiene mucho más sentido que antes sentirse satisfecho por lo conseguido.

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