Nacido en Oahu (la isla más poblada de Hawái), Sean Yoro es uno de los artistas más originales del mundo. Sus murales hiperrealistas suelen mostrar mujeres parcialmente hundidas en el agua, sobre el óxido de un barco hundido o el hormigón del muelle de un puerto. Trabaja en óleo sobre superficies naturales, y dice que cada uno de estos proyectos le lleva hasta cuatro días, a veces en condiciones difíciles. Su última idea tiene un punto de extravagancia bella y efímera. Se trata de pintar esos murales en algunos de los miles de icebergs recién desprendidos de un glaciar. Yoro (conocido por muchos como Hula) ha llamado a esta serie A’o ‘Ana (traducido: Alerta o Peligro). “En el corto tiempo que estuve allí -asegura- fui testigo de primera mano de la extrema velocidad a la que se funde el hielo y de cómo el sonido del momento en que se agrieta era un ruido de fondo constante”. A las pocas semanas, estos murales se han ido para siempre. Es una belleza de las que mueren al mismo tiempo que nacen. Pero si alguien encuentra una de estas obras de arte tal vez -piensa Sean Yoro- le sirva para reflexionar sobre el cambio climático y la urgencia de afrontar el problema.
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