Por si alguien no lo sabe, vivimos en plena era de los selfies (anteriormente conocidos como autorretratos). Las viejas cámaras de fotos hacían difícil la posibilidad de hacerse una foto a uno mismo. Nunca sabías si te estabas enfocando y si salías en plano, con la torre Eiffel al fondo. Sin embargo, los smartphones modernos resuelven ese problema con una doble cámara, y una pantalla grande y luminosa en la que ajustar los límites del encuadre. “Selfie” fue la palabra del año 2013 para el diccionario Oxford de inglés. Y el selfie que tomó Ellen DeGeneres en los Oscar fue el más retuiteado de la historia. En realidad, parece que era publicidad ligeramente encubierta de Samsung, que patrocinaba la gala, pero el dato permanece ahí: en 40 minutos logró un millón de retuits, y ahora ya supera los 3,2 millones.
El selfie que motiva este post es ciertamente especial. Un piloto de un F-16 de la Royal Danish Air Force se hizo la fotografía en el preciso momento en que lanzaba un misil AIM-9 Sidewinder (misil aire-aire de corto alcance). El misil mide tres metros de largo, pesa 85 kilos y tiene un alcance de entre 1 y 35,4 kilómetros.
La imagen de este piloto danés quizá solo puede compararse en espectacularidad con esta otra foto (bajo estas líneas) tomada el 24 de diciembre 2013, en la que aparece el astronauta de la NASA Mike Hopkins en el exterior de la Estación Espacial Internacional. En realidad, no parece un selfie en estado puro, porque en el casco se refleja la imagen de su compañero de expedición Rick Mastracchio, probable autor del disparo. En cualquier caso, el retrato (auto o no) es de impacto.
