ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Próxima estación por J. F. Alonso

Un Picasso en peligro en un pasillo de un restaurante de Nueva York

J. F. Alonso el

No es una de las obras más conocidas de Picasso. No está, de hecho, en un museo principal, sino en un restaurante de Nueva York. Durante más de medio siglo, un telón de 5,8 metros de altura atribuido a uno de los grandes maestros de la pintura del siglo XX ha «vivido» colgada de la pared de un pasillo del restaurante Four Seasons, en Park Avenue. Hasta ahora, cuando corren peligro tanto la pared como la propia tela.

La historia tiene años, casi arrugas, y más aristas de las que parece. La obra de Manuel de Falla «El sombrero de tres picos» fue estrenada por los Ballets Rusos el 22 de julio de 1919 en el Teatro Alhambra de Londres, bajo la dirección de Ernest Ansermet, con coreografía de Massine, y decorados, vestuario y telón de boca de Picasso. Un telón de boca es una pieza de tela o papel pintado que se sitúa normalmente en la boca escena, y que sirve para esconder, antes de la representación, lo que hay dentro del escenario. La obra fue un éxito, pero Falla no pudo presenciarlo porque tuvo que regresar precipitadamente a Madrid, donde agonizaba su madre.

Parte del material utilizado en este estreno -telón, decorado, vestidos y trajes…- quedó en manos del empresario de los Ballet Rusos Serguéi Diáguilev, y sirvió para posteriores representaciones. En el caso del telón, Diáguilev le cortó los márgenes para venderlo en 1928 al coleccionista suizo G. F. Reber por mediación de Paul Rosenberg, que conservó dos estudios preparatorios al óleo.

Ese telón diseñado y pintado por Picasso se instaló en 1959 en una de las zonas de paso del restaurante Four Seasons, en el edificio Seagram de Nueva York. ¿Cómo había llegado hasta allí? Un par de años antes Phyllis Lambert, la hija del fundador de Seagram, una de las mayores empresa destilerías del mundo, lo había comprado por 50.000 dólares.

Desde el día en que abrió sus puertas, el Four Seasons siempre ha exhibido por temporadas obras de arte moderno de pintores como Andy Warhol, Frank Stella, Jackson Pollock, Helen Frankenthaler, Robert Rauchenberg y Joan Miró. Y por supuesto, Picasso, que se convirtió en invitado permanente.

El pintor español diseñó varios telones como el que nos ocupa, aunque parece que de la mayoría de ellos solo hacía el boceto, y no la obra final. No ocurre así en este caso. En el catálogo de la exposición «Picasso. El sombrero de tres picos. Dibujos para los decorados y el vestuario del ballet de Manuel de Falla, Madrid: Fundación Juan March, 1993, p. 69» se explica detalladamente cómo el autor es realmente Picasso. En el telón diseñado para El Tren Azul (1922) sí se sirvió de un pintor decorador para la reproducción a escala.

Según The New York Times, Christie’s valoró la obra expuesta en el Four Seasons en 1,6 millones de dólares. Eso fue en 2008.

Lo cierto es que, medio siglo después de la inauguración del restaurante, sabemos que la pared de piedra caliza de la que cuelga la enorme tela necesita reparaciones o podría sufrir serios desperfectos o incluso derrumbarse, lo que evidentemente afectaría a la obra arte. Y aún más, que el proceso de descolgar la tela -acontecimiento previsto para el 9 de febrero– está lleno de peligros, según los expertos consultados por el diario neoyorquino. Puede desmoronarse como un cuadro de arena. Y si todo sale bien, ¿qué ocurrirá con la tela? Parece que el Museo de Arte Moderno le ha ofrecido un espacio, otra estación más para aquella pintura que Picasso hizo para su amigo Manuel de Falla.

AméricaOtros temas
J. F. Alonso el

Entradas más recientes