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El cuchador

El cuchador
Maira Álvarez el

En la película de Pixar “Wall- E“, un robot intenta limpiar todos los escombros que los humanos han dejado en el planeta Tierra. La máquina está ordenando cubiertos de plástico hasta que se encuentra con un cuchador y no sabe dónde colocarlo. ¿Es un tenedor o una cuchara?.

Y es que, aunque nos parezca que ya está todo inventado, cada vez está más extendido en nuestro país esta forma híbrida de cubierto.

El cuchador es la traducción española del spork, vocablo que proviene de spoon (cuchara) y fork (tenedor) y es como una cuchara de la que saldrían los dientes del tenedor. No deberíamos confundirlo con el tenedor arrocero, ideal para comer arroz meloso e instrumento imprescindible en las arrocerías.

 

La verdad es que hay patentes de utensilios parecidos al cuchador que datan de 1874, y ya en 1909 apareció en un suplemento del Century Dictionary. Parece ser que el padre de este cubierto fue Samuel W. Francis, un Leonardo da Vinci del siglo XIX ya que era médico, filántropo y novelista.

Buceando en la historia, hay muchos patriotas americanos que aseguran que fue el general MacArthur el que inventó el spork en 1940, durante la Segunda Guerra Mundial. Según esta leyenda, Estados Unidos acababa de conquistar Japón y el general se planteó el dilema de dotar a los nipones de cubiertos civilizados, ya que para él comer con palillos no era civilizado. Sin embargo, como tenía miedo de que los japoneses fuesen a usar los tenedores como armas, impuso el cuchador como cubierto oficial entre sus prisioneros.

Esbozo de S.Francis:

 

En 1995, el presidente americano Bill Clinton afirmó en una cena, en tono jocoso, que el luchador era el símbolo de su administración: “nada de elecciones falsas entre utensilios de derechas y de izquierdas”. Esta chanza dicha en una cena en honor de los corresponsales de prensa en Washington fue celebrada entre vítores y alabanzas.

Si les parece absurdo este artilugio, deberían pasarse por algún restaurante de comida rápida. El KFK introdujo el cuchador para su ensalada de col en la década de los setenta. Muchas cárceles y comedores de colegio cuentan con este utensilio como medida para recortar gastos, dado su doble uso. Más el poco riesgo que entraña en caso de trifulcas. No sirve ni para sacar ojos ni para pinchar a nadie. Es demasiado plano para tomar sopa cómodamente y sus dientecitos son demasiado cortos para trinchar carne. De hecho, el cuchador es una metáfora perfecta para la existencia humana: intenta cumplir dos funciones, agradar a todos,  y debido a su naturaleza dual,  fracasa miserablemente en ambos casos.

Catering y restauración

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