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Blogs Protocolo y etiqueta por Maira Álvarez

Guía de estilo: las pamelas

Maira Álvarez el

 

Estamos en plena temporada de eventos sociales: bodas, fiestas, cenas….. y no siempre es fácil acertar con el estilismo a llevar.  No es lo mismo ir a un enlace en el campo que una cena en la ciudad, ni es igual ser invitados a una cena que a una comida.

Ahora que ha llegado el verano, uno de los complementos estrellas son pamelas y tocados. Hoy vamos a hablar de las pamelas, estos sombreros que pueden realzar cualquier look y hacer que te conviertas en la invitada perfecta.

 

La protagonista de una boda es la novia, así que el atuendo de las invitadas puede ser vistoso, pero no excéntrico (no se va a Royal Ascot).

 

Hay que seguir la regla de “menos es más“, así que si el vestido es de color liso o más sencillo, podremos dar mayor importancia a la pamela. Si el vestido es muy llamativo, el sombrero tendrá que ser discreto y sólo acompañará, sin resaltar.

 

Las pamelas solo pueden utilizarse en ceremonias de día y cuando hace calor.

 

Su función primaria, obviamente, es resguardar la vista de los rayos del sol, así que es un contrasentido ponerlas en día de lluvia. (No es muy lógico ir con pamela y paraguas).

 

Nunca hay que combinar pamela con gafas de sol.

 

 

Siempre se llevan con vestidos por la rodilla. Los vestidos largos se reservan para eventos nocturnos en los que no hay cabida para las pamelas.

 

La pamela no se puede quitar hasta el baile nupcial de los novios. Esta regla contempla la excepción de que las alas de la pamela sean tan anchas que moleste a los otros comensales a la hora de comer. (y jamás debería pasar esto). Nunca se quita durante la ceremonia.

 

Según el protocolo estricto, si la pamela dificulta el dar dos besos, habrá que saludar dando la mano.

 

En verano, se llevan las pamelas de paja, seda, rafias… deja fieltros y terciopelos para el invierno (sobre todo los terciopelos, aunque se lleven este año en BAÑADORES!!).

 

Lo más recomendable es llevar el pelo recogido en un moño bajo, dejando todo el protagonismo a la pamela. Desde luego, lo importante es que la invitada se sienta cómoda.

 

Las joyas serán pocas y sencillas, para no recargar el conjunto.  En la siguiente foto, miren la combinación con el collar.

 

 

La pamela se tiene que adaptar al rosto de quien la lleva, y no al revés. Las hay con alas más pequeñas y otras más grandes, y no todas sentarán igual de bien a todas las mujeres.

 

El ancho de del ala nunca debe exceder del límite que marcan los hombros. Hay que buscar siempre una armonía entre la altura de la persona, el vestido y el resto de los complementos.

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