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Blogs Protocolo y etiqueta por Maira Álvarez

Clasificación de los puros. Su corte perfecto.

Maira Álvarez el
Fuente: purosmazatan

“Si no puedo fumar puros en el Paraíso, no iré” 
Mark Twain 

Para alguien que se acerca por primera vez al mundo del puro, puede ser una locura conocer y saber clasificar las ochenta tipos disponibles que existen. Una primera clasificación que se podría hacer de los puros se basa en su fabricación; están los “hechos a mano” y los “hechos a máquina“.

Los puros están confeccionados con cinco hojas:  tres en el relleno o tripa del cigarro, otra para envolver esta tripa (el capote) y otra para la envoltura final de los puros, la capa. Además, todos los puros pueden ser clasificados como de tripa corta o de tripa larga.

 

Hecho a máquina 

Tripa corta: 

Estos puros tienen una tripa compuesta por pequeños trozos de hojas (picadura corta) que son enrollados por una máquina sobre el capote. Los Habanos se reconocen porque casi siempre están envueltos en celofán.

Tripa larga: 

La tripa lleva trozos de hoja entera. Son cigarros de mejor calidad que los de tripa corta, pero son muy difíciles de encontrar.

 

Hecho a mano  

Tripa corta: 

Suelen tener una buena relación precio /calidad. Están hechos a mano de principio a fin. La tripa es de picadura corta. Un torcedor se encarga de enrollar esta tripa de manera artesanal sobre la hoja de capote. A este primer cigarro, llamado boncho, se le deja descansar una hora en un molde y tras ese tiempo se envuelven con la hoja de capa.

Tripa larga: 

El proceso es el mismo que los anteriores, solo que el torcedor enrolla las mejores hojas sobre el capote. Son los cigarros denominados “Premium”.

Estos puros queman más lento y de una manera más simétrica, tienen un sabor constante y un tiraje superior.

 

Otra manera de clasificar a los puros la determina su longitud y su grosor, denominado cepo.

El cepo es la medida determinada por una cifra (que oscila entre 26 y 52), que representa el grosor del cigarro multiplicado por 64 partes de una pulgada. Ésta y su longitud (entre 100 y 235 mm) colocará a cada cigarro en una división.

Fuente: blog soyunyonki

 

 Al escoger un puro, el siguiente paso al que hay que prestar atención es a su corte, ya que podría incluso llegar a arruinar el producto.

a) Ha de ser limpio, sin brusquedad, y lo suficientemente amplio para que el cigarro tenga el tiro adecuado.

b) No debe dañar la estructura del cigarro. Para ello, debe ser plano y cuidadoso con la perilla (hoja que envuelve la cabeza); si rebasa la línea que conecta la perilla con la capa, el extremo del puro se desenrollará y resultará infumable. Corte siempre entre esta línea y el extremo del puro.

c) El tamaño del corte es tan importante como las dimensiones del puro escogido, ya que afecta al sabor, al tiro y a la combustión del cigarro; con una abertura demasiado grande el humo inhalado resulta muy caliente, deja un sabor amargo en la boca y se consume rápidamente.

Por otro lado, con una abertura demasiado pequeña, el puro no tira bien, la cantidad real de humo es mínima y el sabor se arruina por la concentración de alquitrán y nicotina. Por tanto, el corte ideal ha de ser un poco más pequeño que el diámetro del cigarro puro.

d) No se corta igual un cigarro parejo que uno figurado.

e) Cada tipo de corte tiene sus peculiaridades y sus utensilios:

Fuente: lacasadelhabano

Guillotina: 

Corte circular y muy preciso alrededor de la cabeza; los cortapuros de bolsillo, de una o dos hojas, alicates, los de sobremesa y las tijeras hacen un corte limpio en la boca del cigarro, por lo que son los más recomendables.

Corte en V o en cuña:

Este corte debería facilitar el tiro, pues la abertura resultante es un ángulo en dos lados y, por tanto, mayor superficie; sin embargo, a veces el corte que realizan es excesivo por lo que el humo se calienta más de lo debido. Por otro lado, es el menos adecuado para los fumadores que acostumbran a morder el puro, ya que la abertura horizontal del corte se puede obstruir, impidiendo el tiro. El utensilio que se utiliza es el cortapuros de cuña.
 
Perforación: 

Se realiza practicando un orificio con un punzón; no es recomendable y presenta varios inconvenientes: – si es demasiado profundo, puede formarse un túnel que haga que el alma del cigarro se caliente en exceso; – el tiro puede hacerse irregular, impidiendo que se mezclan los distintos sabores de las capas para proporcionar uno uniforme; – como la nicotina y el alquitrán tienden a acumularse en la estrecha abertura que canaliza el humo, estas sustancias pueden llegar a directamente a la lengua y cavidades nasales del fumador. El utensilio para este corte es el punzón.

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