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Blogs Jugar con Cabeza por Federico Marín Bellón

Vallejo y su renuncia a ser «el Nadal del ajedrez»

Federico Marín Bellón el

¿Tiene derecho alguien dotado con talento a vivir como una persona normal? La pasada Nochebuena, «El País» publicaba una interesantísima entrevista con Paco Vallejo, nuestro indiscutible número uno de ajedrez después del viaje de ida y vuelta de Alexei Shirov. El gran maestro español confesaba a Juan Diego Quesada: «Si consideramos que triunfar es ser un Rafa Nadal del ajedrez, no (he triunfado)». El título iba un poco más lejos y ponía en su boca la frase «No quiero ser el Nadal del ajedrez».

Vallejo saluda a Anand, campeón mundial de ajedrez

En cualquier caso, el debate está sobre la mesa y muchos lectores respondieron airados al «desplante». Vallejo, excampeón mundial juvenil y gran promesa del ajedrez español de los últimos tiempos, ocupa a sus 29 años el puesto 36 de la clasificación mundial. Ha llegado a estar entre los veinte mejores. Parece que su talento, con una tenacidad como la del citado Nadal, por no recurrir a otros ejemplos, valdría para que no bajara nunca del décimo puesto. De hecho, está a tiempo de subirse a ese tren, si tenemos en cuenta que el próximo mundial lo disputarán en Moscú dos cuarentones, Anand y Gelfand.

En su más que recomendable blog, El cubo de Rubik, Antonio Gude se mostraba poco menos que indignado con la actitud de nuestro jugador, quien por lo visto cambió su forma de ver el mundo después de comprar en un aeropuerto el libro «El tao de la salud, el sexo y la larga vida», de Daniel Reid.

Carlsen, número uno del mundo, sufrió en 2011 una de sus contadas derrotas frente a Vallejo

Por hacer de abogado del «diablo», me pregunto cuántos lectores habrán llegado al puesto 36 del mundo en su especialidad. Me temo que muy pocos. El año pasado, llegó a ganar al número uno del mundo, Magnus Carlsen. Incluso Nadal, número 2 y el deportista español más importante de la historia, ha sido criticado en los últimos meses con dureza («solo» ha ganado Roland Garros y la Copa Davis este año, el pobre) porque Djokovic ha estado intratable, como el propio Nadal el año anterior. No es difícil escuchar en cualquier conversación de bar que está poco menos que acabado, a sus 25 años.

Tampoco es cuestión de culpar a un libro del rumbo que le da uno a su vida y de cómo entiende cada cual la felicidad. Al fin y al cabo, Vallejo es un tipo que juega al ajedrez; no estaba llamado a descubrir la vacuna contra el sida. Si ganara un día el Mundial, me haría tan feliz como al que más, pero ¿quiénes somos nosotros para exigirle nada?    

Paco Vallejo, el año pasado en el torneo de Gibraltar

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