En ajedrez, hay programas como Rybka o Fritz que ya son prácticamente imbatibles incluso para los mejores grandes maestros. ¿Existe algo parecido en el póquer? Peor aún, ¿jugamos contra ellos en internet sin saberlo? En PokerStars se han detectado hasta diez bots correspondientes a sendas cuentas de usuario que habían acumulado, antes de ser descubiertos, más de 50.000 dólares en ganancias, sumados a otros beneficios por su alta participación en la sala. Como es natural, las diez cuentas implicadas han sido suspendidas y se ha abierto una investigación.
El robot Mexone fue presentado hace unos días en México. Según sus creadores, podrá aprender por experiencia, caminar, subir escaleras e incluso jugar al poker. Ya veremos si no es un farol. Foto: Efe
Por lo pronto se sabe que los programas eran muy sofisticados y estaban creados de modo que fuera muy difícil descubrirlos. Eran capaces de simular comportamientos humanos y trabajaban con sigilo. La noticia en sí es mala, pero también nos dice que aún es posible detectar a las máquinas. ¿Llegará el día en que sea imposible?
El Turco, el primer (falso) robot de la historia que sabía jugar una partida completa de ajedrez. En realidad, escondía a un enano que jugaba como un gigante
En los sitios donde se puede jugar ajedrez online, como ICC o Playchess, es legal «poner a jugar» a tu máquina y enfrentarla a otras de su especie. Existe incluso la modalidad «centauro» en la que un ajedrecista ayudado por su programa favorito compite contra otros equipos semejantes. Uno puede incluso entrar en una sala de estas y jugar «a pelo», sin ninguna ayuda informática, contra estos difíciles rivales. Lo que no está permitido es que un ordenador participe sin avisar. Las salas tienen sistemas para detectar este tipo de comportamientos, que acaban con la expulsión del jugador.
En el póquer, donde se juega dinero, a veces cantidades enormes, las reglas son aún más estrictas, aunque sí está permitido utilizar determinados programas estadísticos de ayuda. No faltan detractores contra esta ayuda de la que un jugador en vivo no puede disfrutar. En cualquier caso, desde el momento es que las reglas son iguales para todos, las aceptamos como justas.
Otra ventaja añadida es que precisamente gracias a estos programas que recopilan datos de los millones de manos que se juegan cada día, es posible detectar a algún tramposo (o vago) que pone directamente a trabajar a su robot y, si está bien programado, te trae sin complicaciones el dinero a casa. En los últimos días, se han descubierto hasta diez de estos bots en PokerStars, una de las salas que más dinero se gasta en evitar comportamientos fraudulentos. Si se topan con 7emenov, mbakabar, crazier, mvra, nakseon, kozzin, demidou, koldan, Daergy o feidmanis, anden con ojo.
El caso ha sido descubierto por un forero de Two Plus Two y usuario de Poker Table Ratings que investigó tres cuentas que le parecieron sospechosas, porque sus estadísticas de juego eran casi idénticas y además habían bajado de nivel casi a la vez. PTR prosiguió con la investigación y descubrió otras siete cuentas malignas, además de aportar datos que corroboraban la existencia de los robots. Así, se supo que los ordenadores habían jugado más de ocho millones de manos en NL50, NL100 y NL200 (partidas de No Limit Holdem en las que se entra a jugar con cantidades aproximadas a las citadas, en dólares).
La respuesta de los jugadores ha sido de lo más variada: ataques a la sala afectada, ataques a otras en las que no es posible recopilar datos como los que han permitido detectar el fraude, sospechas más amplias y generalizadas… Incluso hay un grupo de jugadores que se declaran encantados de jugar contra robots, un tipo de jugador absolutamente previsible, que siempre hace lo mismo y, por tanto, es explotable por un buen jugador de poker. Un ejemplo del juego de los «diez magníficos», que repetían una y otra vez: en la ciega grande, si el bote llegaba sin subir, cuando llegaba el flop siempre se jugaba el resto o subía lo suficiente para que el otro jugador se tirara. Si por el contrario alguien pagaba o subía, el muñeco siempre se rajaba.
En el ajedrez ya está perdida. En el póquer, la partida entre la máquina y el hombre no ha hecho sino comenzar.
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