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Blogs Jugar con Cabeza por Federico Marín Bellón

Sorprendente sentencia contra un casino

Federico Marín Bellón el

Una juez de Cleveland (Ohio) ha absuelto a una joven de 23 años de hacer trampas en un casino. Las cámaras de seguridad demostraron que intercambiaba cartas con otro cliente, en una modalidad de poker llamada four-card, pero no pudieron probar su voluntad de engañar. El caso es notable por varios motivos: cuando una empresa de este tipo acusa a un cliente, es raro que este no acabe confesando (siempre que no haya Pelayos de por medio), más aún que el caso vaya a juicio, pero todavía más extraordinario es que el cliente gane.

Jessica, de rosa, aparece hasta en cuatro planos distintos junto a su improvisado compinche. Foto: Cleveland.com

Hace unos meses, un casino londinense retuvo nueve millones de euros a la estrella del poker Phil Ivey (leer aquí), pese a que el establecimiento no ha podido probar nada todavía. Jessica Encarnacion, que no goza de la fama de su compatriota, ha podido convencer a la juez Carolyn Friedland de la ausencia de maldad en su comportamiento. La joven aseguró que era su primera visita al casino y que desconocía que estuviera prohibido intercambiar cartas con otro jugador. Este, Qing Zheng, de 41 años, se enfrentará a su propio proceso y a una pena de hasta seis meses de cárcel y una multa de 1.000 euros.

The Horseshoe Casino Cleveland abrió sus puertas en mayo, después de los votos a favor de los habitantes del Estado (en Estados Unidos la democracia alcanza estos detalles). Jessica no fue la primera sospechosa atrapada por la red de ojos invisibles, más de mil, que posee el casino, armado con las últimas medidas de seguridad. pero sí fue la primera que se negó a declararse culpable. Después de dos horas de juicio con jurado, la juez fue falló a su favor. 

A Jessica Encarnación la grabaron desde casi todos los ángulos. Uno de los 13 agentes del casino declaró en la vista que ellos vigilan continuamente los monitores con una variedad de cámaras que incluye fijas, panorámicas, móviles y con zoom. En las grabaciones queda claro que, al menos un par de veces, Zheng ofrece una carta a Encarnación, que ella acepta encantada.

Ambos jugadores fueron interrogados por separado (la escena es de película, en alguna temible habitación), pero no contaban con las respuestas cándidas de Jessica, quien mostró en todo momento un tono de sorpresa. La chica declaró que era la primera vez que veía a su «compinche», que al contrario que ella parecía que sabía lo que hacía y le estaba enseñando algunos secretos del juego. Zheng incluso invitó a varias cervezas y le dejó 100 dólares en fichas. Ella insistió desde el primer momento en su inocencia: «No soy una tramposa», dijo. «Ni siquiera sabía lo que estaba haciendo. No tenía ni idea».

La juez, al contrario de lo que nos enseñan las películas, no añadió la famosa coletilla de que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. Ahora, la ya no tan inexperta jugadora asegura que piensa volver al casino para recuperar los 100 dólares que le confiscaron. Quizá Phil Ivey debería pedirle asesoramiento.

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