El joven que quería atentar en Palma se ganaba la vida con el poker online. Los estudiantes de Columbine jugaron a los bolos horas antes de su salvajada. Para los medios, aquello fue más relevante que la forma en que consiguieron sus armas, en un país donde cada año mueren 11.000 personas tiroteadas. De ahí el irónico título de Michael Moore. No sabemos si Juan Manuel Morales leía a Proust o era del Mallorca, pero que jugara al póker excita nuestra imaginación. Deberíamos reescribir la historia entera y sembrarla de detalles pìntorescos. Los chicos la recordarían mejor: «Un tipo con bigote asesina a millones de judíos».
Para empezar, los parecidos entre el joven balear y los de Colorado no son tan evidentes, como se ha repetido en los medios y se ha contado desde la Policía, a la que por otro lado solo cabe felicitar por su diligencia.
También quiero resaltar la estupenda crónica de mi amiga Cruz Morcillo y la que escribió en colaboración con Pablo Muñoz, otro excelente profesional del que aprendí mucho en mis inicios. No es por peloteo interno, pero en sus textos se detallan perfectamente las similitudes entre los casos de Palma y Columbine, al tiempo que reflejan la forma de vida del muchacho sin sacarla de madre. Jugaba al póquer, sí, pero eso no es una circunstancia agravante.
Enlazo a continuación con sus titulares:
Detenido un individuo que quería sembrar de bombas la Universidad de Baleares
«¿Sabéis lo que más odio? A la sociedad»
Las diferencias entre los dos sucesos también son evidentes, por otro lado, además de que el segundo fuera abortado por la Policía. Columbine era una escuela secundaria, los asesinos eran dos, Eric y Dylan, y usaron armas de fuego, aunque también llevaban una bomba. Su móvil era la venganza por las continuas burlas que sufrían por parte de sus compañeros, de las que tampoco hemos aprendido mucho. Ambos se suicidaron antes de ser capturados.
Se cree que Juan Manuel no tenía cómplices y pretendía atentar contra una universidad en la que no estaba matriculado, dado su odio por la sociedad en general y los universitarios en particular.
Imagen facilitada por la Policía del material incautado al angelito de Palma
Tampoco quiero dramatizar. El póquer todavía es una actividad exótica, aunque no tanto como la de sexador de pollos. Eso habría sido un lujo para los redactores de toda España, pero los que confeccionamos las noticias nos tenemos que agarrar a algo real, aunque a veces queme un poco. En lugar de extenderme más, prefiero que el lector pueda ver juntos algunos de los titulares publicados. No quiero destacar los nombres de los medios porque no es esa la idea de esta entrada, pero dejo el enlace para los más curiosos:
El joven que quería atentar en Palma se ganaba la vida con el poker on line
El detenido por intentar atentar en la UIB vivía solo y jugaba grandes cantidades de dinero en internet
El detenido ganaba grandes cantidades jugando al póker en internet (en el texto se dice luego que tenía 7.000 euros; deberían ver lo que ganan los buenos de verdad)
Y mi titular favorito, por cómo pone en la misma cesta tres huevos tan dispares para preparar una tortilla explosiva, con perdón:
Marginado, aficionado a las armas y adicto al póquer
Y quien esté libre de pecado, que tire el primer farol.
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