ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Jugar con Cabeza por Federico Marín Bellón

Leo Margets, «La reina del poker» (y de Facebook)

Federico Marín Bellón el

Acaba de llegar a Las Vegas junto a su amiga May Maceiras para intentar repetir la hazaña del año pasado, cuando se proclamó “the Last Woman Standing” en el torneo principal de las Series Mundiales. Poco antes de partir, Leo Margets concedió esta entrevista a ABC con motivo de la publicación de “La reina del poker”, una larga conversación con Pablo del Palacio en la que esta profesional del naipe cuenta algunos de sus secretos.

El lector tiene dos opciones, no excluyentes. Leer el primer capítulo, pinchando este enlace, y zamparse esta larga entrevista. Una vez más, y dado que en internet no existen las restricciones del papel, he preferido cortar menos y dejar que los aficionados a la lectura no puedan acusarnos de tacañería.

Por otro lado, Leo es de sobra conocida. Ha concedido cientos de entrevistas durante el último año, desde que fue la mejor mujer clasificada en las últimas Series Mundiales. Barcelonesa, 26 años, políglota, es aficionada a correr maratones (cuando las lesiones se lo permiten) y más simpática que unas castañuelas, además de atesorar otras virtudes que saltan a la vista. En una próxima entrada recordaremos la conversación mantenida el pasado verano, publicada en ABC el 23 de agosto de 2009. 

-La solapa del libro exagera un poco. ¿No pudiste controlar «el tamaño del bote»?
-Tú me conoces. Y lo que me ha costado que quitaran de aquí (señala la portada) lo de «mejor jugadora del mundo». He tenido muchos problemas en ese sentido. Yo les decía: que no, que lo siento, pero es así. Pero el resto no estaba en mi mano. Si hubiera podido cambiarlo… Tú sabes que no me estoy flipando.

-Dices que no tenías ninguna vocación profesional de pequeña, pero sí sabías que no querías un trabajo de oficina y madrugón.
-Quería montármelo bien.

-¿No tenías la menor inclinación?
-Durante un tiempo por mi cabeza pasó ser veterinaria, hasta que descubrí que se mataban animalillos. Al revés. Estaba bastante frustrada porque no veía nada que me pudiera hacer feliz. Y de repente, por ir sin orejeras, estuve más susceptible a aprovechar las oportunidades que me salieran.

-El otro día, Miguel López-Alegría me confesaba en una entrevista que cuando vio el documental que le han hecho, «Diario de un astronauta», al principio se sintió sorprendido y molesto. ¿Cómo te sentiste tú al ver tu vida privada en un libro?
-Pablo se ha portado bien. Hay cosas que cuando las releí las quitamos. Algunas.

-Un ejemplo.
-Cuando cuento lo del periodista [un impresentable que fue contando por ahí cosas que sólo habían pasado en su imaginación, hasta que topó con dos amigos de Leo], al principio decía el nombre y el medio, pero lo quitamos porque no vale la pena en absoluto. No quiero hundirle la vida a nadie e ir a por todas. Gilipollas hay en todos lados. Tampoco me quería posicionar demasiado en política, a pesar de que soy bastante apolítica. Y luego, creo que casi todo ha sido tal cual. Eso creo que es un punto a favor del libro. No es políticamente correcto.

Este año, en la gran final del EPT de Montecarlo

-Has concedido milones de entrevistas, pero la reacción después de aparecer en «Buenafuente» fue espectacular. 
-Justo después recibí mil peticiones de amistad en Facebook.

-¿Te siguen poniendo barbaridades y declaraciones de amor?
-De vez en cuando. Me pilla bastante fuera de juego. No sé nunca qué contestar ni si debería contestar siquiera.

-¿Qué dice tu novio?
-Le hace gracia. Pasa de todo. Cuando son mensajes de ánimo agradezco el feedback, pero he llegado a un punto en el que no puedo contestar todas las peticiones. Hay gente que me pasa sus estadísticas o me pide que le mire manos. O contestas a una pregunta y te están bombardeando cuatro veces al día. Hubo un día que me agobié. Quizás es lo que más me ha superado un poco. Un día pillé un ataque de ansiedad al levantarme con 300 mensajes y no poder contestar.

-¿Sigues pensando contratar a un agente?
-Sí, pero nunca voy a dejar que alguien conteste por mí. Siempre he cuidado demasiado mi imagen y las cosas que digo para ser yo. Me daría más ansiedad eso.

-Ahora que te has lanzado como autora, ¿cómo va tu novela misteriosa?
-Me faltan huevos. A ves si esto me anima. Necesito tomarme seis meses a tope con la novela para terminar de pulir los flecos.

El año pasado, en Las Vegas, delante del hotel París

-En Las Vegas, con May Maceiras, no sobrará tiempo para eso.
-Me voy a jugar trece eventos. Nos vamos las dos de Rodríguez, a liarla.

-Y después de prologar un libro de poker y de coescribir este, estás preparando otro más técnico.
-Sí, pero lo estoy organizando y quiero que colaboren amigos profesionales, que son cracks del poker, que cada uno me haga un capítulo. Es muy soberbio y prepotente pretender que sola voy a hacer el mejor libro de poker. Yo recopilaré todo el contenido y le daré un poco de cuerpo.

-Viendo todo el dinero que se maneja en este mundillo, ¿no dejas de valorar lo que cuestan las cosas? Tiene un lado frívolo…
-Intento que no me pase, pero es muy jodido. Cinco mil euros en el poker no es nada. En la vida es mucho dinero y a veces pierdes la perspectiva. Lo tengo siempre presente. Sin darte cuenta, por la dinámica de vida que llevas, a veces piensas, es que este fin de semana hay un torneo pero no sé si jugarlo, es muy pequeño, de 1.500 euros. No puedes tener los huevos de decir eso. Yo en el póker tengo una mentalidad, pero intento tener los pies en el suelo en el día a día.

-Pero cuando vas a una tienda y ves un bolso que cuesta 400 euros, que puede ser una barbaridad y para ti no es nada…
-Sí que lo es. El otro día me daba la risa porque me gasto 10.000 euros al mes jugando al póquer en torneos y me sigue pareciendo caro un taxi o una comida de 200. Eso es lo que a veces dejas de propina en un casino. Pero me gusta que sea así, que no se te vaya la olla del todo.

-¿Y te gustan las apuestas?
-A mí no, pero hay muchos jugadores de póquer que tienden a hacer side-bets, apuestas paralelas…

-Pues tú apostaste una vez por mí, y encima te decepcioné.
-No hombre no, decepcionar no. Perdí la pasta pero… Yo en torneos de doscientas personas sí he hecho apuestas paralelas de 50 euros entre quince amigos que se los lleva el que quede mejor. No es demasiado. En algún torneo he oído a otros jugadores cosas como «Dos mil euros a que lleva color».

-En el libro dices que no te arrepientes de las cosas que has hecho, sino de las que no.
-Totalmente.

-¿Cómo qué?
-Es que no he dejado de hacer nada. Lo digo como concepto de vida. Incluso de las veces que la he liado, luego digo: habría sido haberme quedado con las ganas.

-¿Cuándo la has liado mucho?
-Sobre todo en temas personales. Con el trabajo me ha salido bien.

-¿Entras en tilt en tu vida personal, pierdes el control?
-No, a pesar de que soy más impulsiva. Intento ser consecuente. No siempre lo consigo, pero es una de las cualidades que más admiro en alguien. Creo que si eres capaz de observar una cualidad en alguien es que eres capaz de desarrollarla en ti.

-No quería pasar por alto el caso de la gente que se arruina. El otro día salía el caso de un chaval que confesaba haberlo perdido todo después de ganar 50.000 dólares muy rápido.
-Me merece todos mis respetos. Contarlo y tratar de dar un poco ejemplo no es fácil. A todos se nos puede ir la cabeza un rato. Chapó por alguien que se da cuenta y es capaz de contarlo y reconoce el error. La mayoría de la gente piensa en la mala suerte que ha tenido y qué perro es el poker y vuelve a las andadas. A este tío le pasó lo típico, subió de nivel sin tener la banca suficiente.

-Luego se metió en apuestas deportivas.
-Eso fue una locura. Pero yo siempre defiendo que ese ejemplo demuestra que es una cuestión de carácter.

-Tú controlas muy bien tu banca, no te gustan demasiado las apuestas…
-Para nada.

-¿Y eres aficionada a las timbas caserillas?
Sí.

-¿Con mucho dinero?
-Nunca. Yo juego con amigos, como mucho diez euros. A la gente le da la risa. No me vas a ver en la vida en una mesa de No Limit 5.000, más que nada porque estaría fuera de banca. Igual la tengo, pero conseguida con premios de torneos. Para poder jugar eso, que se juega, hay que tener una banca impresionante. Ni un 0,5 por ciento de los que juegan eso tiene realmente lo suficiente.

-Cuando juegas en casa por internet, ¿cuántas mesas llegas a abrir a la vez?
-Casi nunca juego más de ocho. Ahora que tengo un monitor más, de vez en cuando, pero ocho son suficientes. Te da un margen para fijarte más en cada mesa. A pesar de jugar con tracker [un programa informático que ayuda a llevar estadísticas de las manos jugadas] y eso te permite estar a un nivel menos de piloto automático que cuando te abres veinte mesas.

Leo Margets, en el último EPT de Barcelona

-Has contado mil veces lo de los tells y el pañuelo que usas para que no se te note la vena del cuello. ¿Hasta qué punto te fías de las cosas que lees en los demás?
-Un tell nunca puede ser un factor determinante para tomar una decisión.

-Te fías más de las matemáticas.
-Las matemáticas y sobre todo saber leer la jugada, esa historia. Las apuestas te ayudan a leer la trayectoria de la jugada. Hay apuestas que en un momento dado sólo pueden significar un farol. Y pagas. De la misma manera, si vas tú de farol y has visto que te han pagado en el turn y en la última cae un dos negro, que es un calamar que no cambia nada, no apuestes, porque te van a pagar. Ahórratelo.

-¿Cómo sacaste tiempo para el libro?
-La verdad es que fue una locura, pero me ilusionaba mucho el proyecto y me llevaba muy bien con Pablo. Me he soltado mucho, me ha dado mucha confianza.

-Y el programa de televisión que tienes en mente, ¿en qué consiste?
-Ha sido un poco una locura qu se me ocurrió comentar, pero yo estaría como jugadora, no como presentadora. Compaginarlo sí podría, pero siempre más como jugadora.

-¿Cómo son los programas que hay ahora?
-Son un poco blandos. Pero supongo que también se tiene que ir con cuidado, aún estamos introduciendo el poker. Yo metería un programa de high stakes [partidas de niveles muy altos, con mucho dinero], que es lo que la gente quiere ver, meter caña, También dar un poco más el perfil de los jugadores, el marujeo, lo que ha ganado cada uno, en qué sala juega.  Luego ver cómo se achuchan en la mesa.

-En cuando a libros, ¿crees que estudias lo suficiente?
-Sí que estudio, pero no lo suficiente. Ahora me he hecho un pedido en Amazon de un montón de libros y a ver si saco algo de tiempo. De todas maneras, ahora  le estoy dando mucha caña al Omaha, que creo que es el futuro. Cada vez hay menos ventaja en el Holdem. La gente sabe jugar mucho online. Está todo muy igualado, con programas y demás.

-Ahora hay muchísimos ex deportistas que juegan al poker, como Boris Becker. ¿Estáis deseando jugar contra ellos?
-(Se ríe) Hay muchos que sí, que son carnaza. No digo Boris Becker, que no me apetece meterme con él, pero sí hay muchos. Lo que ocurre es que las salas les pagan la participación en los torneos, pero no creas que luego te los encuentras online.

-Después de tu explosión en Las Vegas te saldrían muchas ofertas de otras salas, distintas de 888.
-Sí, pero fui fiel. Les di la oportunidad de mantenerme. No podían igualarme alguna de las ofertas pero sí darme otra serie de ventajas que me compensaron. Estoy muy contenta.

-Ya no trabajas para ellos.
-No, sólo como jugadora. No tengo tiempo. Antes me agobiaba de compaginar la faceta corporativa con la de jugadora. Me daba la sensación de que nunca alcanzaría un grado de excelencia por estar dividida. Después de Las Vegas fue bastante decisivo para meterme a full como jugadora. También estoy contenta porque no es que tuviera la necesidad de callar bocas, pero después he ido consiguiendo un montón de resultados. He tenido un año buenísimo. Espero que siga.

-Me gustó la pregunta de Pablo sobre si te conformarías con determinado puesto este año en las WSOP. Te colocaba en una situación incómoda, obligada a elegir entre la ambición y la humildad.
-Esa pregunta es muy buena. Recuerdo que le respondí: ¡Qué cabrón eres! ¿Cómo me haces esto?

-¿Y cuál es tu meta secreta? ¿Hacer mesa final?
-Yo llevo ya un año empezando con mi focalización. Voy muy motivada, pero soy tan consciente de cómo va esto que no va a ser un chasco. Me voy a rallar si juego mal y cometo un error. Eso sí te lo puedo decir, que no voy a cometer un error.

-¿Cómo se puede estar segura de eso?
-Porque si algo soy es perseverante. Si me eliminan con reyes contra ases es un cooler (un encontronazo), es mala leche, no un error. Pero no voy a cometer un error. Que aún así me pueden echar el primer día. Claro que sí. Puedo tener un día que me despierte con jaqueca y jugar más tranquilita y cometer el error de no meter suficiente presión cuando tocaba.

-O al revés, ser demasiado ambiciosa al intentar robar cuando suban las ciegas.
-Lo que pasa es que es tan brutal este torneo… Son dos horas de ciegas. Hay tanto margen para equivocarte y remediarlo. Es la leche, de verdad. Yo hago candidatura para que te lleven a Las Vegas a jugar el main event.
(No hará falta decir que suscribo la iniciativa)

Leo, con su título de Last Woman Standing, la última mujer que quedó en pie en el main event de las últimas Series Mundiales de Las Vegas

-En realidad, la gente no se imagina lo difícil que es repetir un éxito como el del año pasado.
-Lo más extraordinario que conozco es el caso de Annie Duke, que fue dos años Last Woman Standing, aunque no seguidos. A mí el año pasado me daba igual ese título, pero reconozco que dos años seguidos molaría más.

-Ya sí que podrías poner en la portada “La mejor jugadora del mundo”. Entretanto, ¿quién ocupa ese lugar?
-Sin duda, Annette Obrestad.

-Que este año debuta allí.
-Va a petar Las Vegas.

-¿Te da miedo cruzarte con la noruega?
-No. Respeto a todos, pero miedo no. Creo que es la actitud: no amilanarte. De la misma manera, respeto igual a un novato que no tiene ni idea igual que a Phil Ivey. Pero no siento miedo.

-¿En ningún momento te llegan a temblar las manos?
-No, pero sigo sintiendo la sensación esa. Yo no soy nada artista, pero creo que es como salir al escenario, que sientes como el gusanillo. Cuando me siento en una mesa tengo un punto de nervio que me gusta mucho, me hace sentir viva, vibro. Está bien tener eso, creo.

-Por lo que dices en el libro, no te gustaría tener hijos…
-No.

-… pero si salieran de algún modo…
-Si me meten un gol.

-Sí, si te “pinchan la pastilla”, ¿te gustaría que jugaran?
-Me gusta mucho esta pregunta, porque yo siempre hago preguntas imposibles y me ralla cuando mis amigos no me quieren contestar. Así que haré el esfuerzo: nunca iba a poner impedimentos. El otro día me escribió una persona diciendo que quería enseñar a su hijo. Que cómo lo hacía. Y el hijo tiene seis años. Lo que me parece mal es que la gente piense que aquí hay filón y quieran meter a sus hijos para sacar dinero. Mis hipotéticos hijos podrían jugar si quisieran, aunque les enseñaría los valores que creo que son necesarios para poder hacerte un hueco en este mundo sin que se te vaya la olla.

-Pero sabes que esto todavía es algo vergonzoso, incluso a lo mejor para alguna tía tuya.
-Sí, que parece que se alegra y te felicita. Hay quien lo hace de verdad y quien lo hace con la boca pequeña, mientras piensa: mira lo que les ha caído a los padres, que les ha salido una hija jugadora. En mi caso, solo faltaría. Si mis hijos lo hicieran solamente por dinero pensaría que es un poco triste y que se pueden ganar la vida de otro modo. Pero si vibran como yo con esto, a por todas. Y les compraría los mejores programas de tracker del mercado.

Otra imagen de Leo en la ciudad del pecado

-Ahora vas con May a Las Vegas. En el poker no hay tanta competencia porque es más difícil que os crucéis que si fuerais tenistas, por ejemplo, pero cómo os sienta estar en la misma mesa?
-Nos pasó el otro día por primera vez, en el World Poker Tour, y molesta bastante. Me pasó también en Ibiza, que en la mesa final me tocó con un amigo y jugué mal. Me afectó. En un momento dado, cuando sólo quedábamos tres, me dijo: ¿Quieres jugar para ganar? Pero me costó más. Fui tonta, yo creo, demasiado blanda. En la mesa no hay amigos.

-Y en tu vida personal, ¿te afecta la cantidad de horas que le dedicas a esto?
-A veces sí es un poco duro el tema de los horarios y pasar tanto tiempo fuera. Él tiene otras prioridades y me parece genial, pero mientras me apoye y esté ahí no necesito más, ni que juegue, como May y Tule, que son pareja y los dos son unos jugones.

-Para terminar, un secreto que no hayas contado en el libro.
-Off the record, la verdad es que me desnudo bastante, pero todo lo que no he contado es porque no podía contarlo.

En este momento apago la grabadora, para que se sienta más tranquila, y como es obvio no pienso contar nada más. La entrevista, sin embargo, tuvo un pequeño epílogo por correo electrónico. A raíz del periodista que la traicionó y de los babosos que le escriben a veces, quise aclarar algo que había ocurrido la primera vez que la entrevisté. 

-Cuando publiqué la primera entrevista, a tu vuelta de Las Vegas, algún lector me recriminó una frase “machista”. Cuando te presentaba como gran jugadora, se me ocurrió decir, como gracieta que en ese momento creí inocente: “Ni se les ocurra intentar desnudarla al strip poker”. Luego entendí que quizá me pasé y pude molestar. ¿Qué piensa la protagonista?

-El tema con la frase es no sacarla de contexto, en un marco como en el que tú la escribiste me parece hasta graciosa. Quizás sea porque te conozco y sé que en absoluto lo dices con un apunte machista… pero vamos, que he intentado poner esa frase en boca de alguien anónimo para mí y tampoco me hierve la sangre ni nada. Así que eso, que creo que a veces la gente quiere buscar los tres pies al gato y está demasiado susceptible viendo cosas que no son.

Por si acaso y aunque ella llega a emplear la expresión, me propuse como primera norma para esta nueva entrevista no decir eso tan manido de «Leo Margets se desnuda», ni para referirme al libro, ni a la entrevista, ni en ningún otro sitio. En todo caso, si quieren conocerla mejor, no dejen de comprar «La reina del poker».

Poker
Federico Marín Bellón el

Entradas más recientes